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7. Conclusiones

El estudio de la transmedialidad en relación con los videojuegos demuestra que estos han dejado de ser un medio autónomo para convertirse en un eje central dentro de las estrategias de expansión narrativa contemporánea. La relación entre los videojuegos y otros medios no solo responde a decisiones creativas, sino también a factores económicos y comerciales que moldean la producción y recepción de estos productos, y que tiene que ver con los grandes conglomerados de medios del siglo XXI.

Las adaptaciones y expansiones transmedia, ya sean producidas de manera síncrona o asíncrona, han permitido diversificar los modos en que los universos ficcionales se desarrollan y evolucionan. La interacción entre videojuegos, cine, literatura y otros medios ha demostrado que la convergencia mediática puede no ser solo una cuestión de desarrollo de distintos de contenidos, sino que puede hacerse como estrategia. 

La industria ha explotado el potencial de marcas reconocidas para minimizar riesgos y asegurar una base de consumidores establecida. Sin embargo, el éxito de una adaptación no depende únicamente de su relación con la obra original, sino de su capacidad para integrarse coherentemente en el universo transmedial sin perder su identidad como producto independiente, es decir, de su calidad en el contexto en el que se ubica. La serialidad y la intertextualidad radical siguen siendo los pilares sobre los que se construyen muchas de estas narrativas transmediales. La producción de contenido en diferentes medios no solo mantiene viva una franquicia, sino que también permite que el público participe activamente en la expansión de estos universos. Los videojuegos han demostrado ser un medio privilegiado en este ecosistema transmedia, consolidándose como una de las formas de expresión cultural más influyentes del siglo XXI.