Las autoras identifican tres componentes esenciales en la construcción de un mundo transmedial:
- Mythos: el trasfondo narrativo del mundo, incluyendo su historia, mitos, conflictos y personajes clave.
- Topos: el espacio-tiempo del universo ficcional, es decir, su ambientación geográfica e histórica.
- Ethos: el código de conducta de los personajes y las reglas que rigen el mundo. Estos elementos establecen las expectativas de los seguidores y determinan qué es aceptable dentro del universo ficcional.

Cuando un videojuego forma parte de un mundo transmedial, debe integrar estos tres componentes de manera coherente para que la experiencia sea inmersiva. Por ejemplo, si un juego basado en El Señor de los Anillos no respeta el ethos de sus personajes, la ilusión de formar parte del universo se quiebra.