La industria del entretenimiento ha favorecido históricamente la adaptación de obras previas en sus producciones de mayor presupuesto. El fenómeno no se limita a los videojuegos: las películas blockbuster y las series de televisión han seguido esta lógica durante décadas. Adaptar novelas, cómics o incluso atracciones de parques temáticos reduce el riesgo financiero, ya que el conocimiento previo del público genera expectativas y garantiza una base de espectadores.
Aarseth identifica tres razones clave para este auge de la crossmedialidad y las adaptaciones:
- La búsqueda del beneficio. Usar un único medio es una oportunidad perdida. Si una franquicia ya tiene una base conceptual desarrollada, puede expandirse a otros formatos para alcanzar audiencias más amplias.
- La sinergia. La suma de los productos transmedia fortalece la marca global, incluso si algunas piezas no alcanzan el nivel de las principales. Muchos proyectos transmedia han crecido incluyendo contenidos complementarios de menor impacto.
- La identidad de marca. La diversificación en múltiples medios refuerza la identidad de la franquicia, asegurando su presencia en la cultura popular y facilitando futuras adaptaciones.