El diseño de la jugabilidad de un juego, debe estar centrado en las sensaciones que se quieren provocar en el jugador (Bjork and Holopainen, 2005), en base los componentes que hemos mencionado en la sección anterior. Aún así, diseñar la jugabilidad es un arte que combina psicología, teoría de juegos y narración. Los desarrolladores deben considerar los intereses y habilidades del jugador objetivo, así como el contexto del juego.
Principios clave en el diseño de jugabilidad
- Claridad: La jugabilidad debe ser intuitiva y fácil de aprender.
- Profundidad: A medida que el jugador progresa, el juego debe ofrecer nuevas capas de complejidad.
- Fluidez: Evitar interrupciones innecesarias en la experiencia del jugador.
- Duración: Diseñar juegos con mucho contenido, o que inviten a ser jugados más de una vez.
La jugabilidad también varía según las preferencias y capacidades de los jugadores. Es importante diseñar teniendo en cuenta una amplia gama de audiencias, desde jugadores casuales hasta hardcore-gamers. Algunas estrategias incluyen:
- Opciones de Dificultad: Permitir a los jugadores elegir el nivel de desafío que prefieran.
- Accesibilidad: Incluir opciones para jugadores con discapacidades, como controles personalizados o ayudas visuales.
- Multijugador: Incorporar modos cooperativos o competitivos para enriquecer la experiencia social.
- Tutoriales Eficaces: Diseñar introducciones claras que enseñen las mecánicas básicas sin abrumar a los jugadores.