Existen tres tipos de mecánicas en los videojuegos:
Mecánicas Centrales
Son las acciones principales que los jugadores realizan continuamente durante el juego, como saltar, disparar, correr o construir. Dichas mecánicas constituyen la columna vertebral del juego. Por ejemplo, en un juego de plataformas como Super Mario Bros, saltar sobre los enemigos y plataformas es la mecánica central. Éstas constituirán la base del juego y estarán estrechamente relacionadas con el género o tipología del mismo. Suelen ser mecánicas habituales y bien conocidas por los jugadores, puesto que son referentes en dicho género de juegos.
Mecánicas Secundarias
Complementan a las mecánicas centrales y suelen ser menos frecuentes o contextuales. Éstas ofrecen diversidad y enriquecen la experiencia. Por ejemplo, resolver acertijos o administrar inventarios en un juego de aventuras. En un juego de rol como The Witcher 3, las mecánicas secundarias incluyen: cocinar pociones, forjar armas o jugar minijuegos como Gwent.
Mecánicas Emergentes
Surgen de la combinación creativa de varias mecánicas por parte de los jugadores. Un ejemplo clásico es el "rocket jumping" que surgió en el juego Quake y que se ha utilizado en otros muchos Shooters (en primer y tercera persona). Dicha mecánica consiste en disparar un arma que provoque una explosión junto a nuestro personaje, para conseguir un impulso adicional en un salto (ver Figura 3). Este movimiento no fue diseñado como mecánica de manera explícita por los creadores del juego, pero surgió y se volvió una táctica popular entre los jugadores más avanzados de este género.
