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1. Introducción

Los videojuegos combinan tres apartados principalmente: tecnología, creatividad y narrativa, para ofrecer experiencias atractivas, desafiantes, divertidas y, en muchos casos, originales. Para ello, el diseño de videojuegos (Adams, 2013) se centra en tres pilares fundamentales: los objetivos, las mecánicas y la jugabilidad. Estas dimensiones se combinan y complementan para definir la experiencia que los jugadores disfrutarán, influyendo directamente en su inmersión, compromiso y diversión.

De modo resumido, los videojuegos son sistemas interactivos donde los jugadores toman decisiones para conseguir unos objetivos (superar un desafío, ganar a un rival, obtener una puntuación alta). Dichas decisiones se deben tomar respetando un conjunto de reglas predefinidas o haciendo uso de acciones específicas del juego, conocidas como mecánicas. Las acciones que realiza el jugador y las respuestas (feedback) que proporciona el juego para mostrarle la consecución de esos objetivos (o su progreso), forman parte de lo se conoce como la jugabilidad (gameplay), que define la experiencia subjetiva que percibe el jugador a varios niveles: control, dificultad, recompensa, satisfacción, etc.

En este tema, profundizaremos en estos conceptos, comentando su importancia y relacionándolos con el diseño de videojuegos. Mostraremos diversos ejemplos, centrados en diferentes géneros jugables.

Fuente: Elaboración propia (CC BY-NC-ND)