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2.3. Escaramuzas en la Tróade

 

Una vez llegados a la costa, sin desembarcar, los griegos envían una embajada a Troya para reclamar a Helena, pero el consejo de troyanos se niega en rotundo a devolverla, de modo que se disponen a invadir el territorio. La diosa Tetis avisa a Aquiles de que no sea el primero en tomar tierra, pues quien lo hiciera sería el primero en morir. Este fue Protesilao, que cae a manos de Héctor. Protesilao estaba casado con Laodamía, quien, al enterarse de la muerte de su esposo, lo llora amargamente y yace con un simulacro que había hecho de él. Hermes, en calidad de psicopompo, saca del Hades a Protesilao durante un breve tiempo y, una vez que lo devuelve al Hades, Laodamía se suicida.

Desembarcan, entonces, Aquiles y su ejército de Mirmídones, y se enfrentan con Cicno, hijo de Poseidón, cuyo blanco cuerpo era invulnerable a las heridas, de modo que Aquiles lo mata estrangulándolo y, cuando se dispone a despojarlo, “contempla las armas abandonadas: el dios del mar transformó su cuerpo en un ave blanca, cuyo nombre tenía ya antes” (Ovidio, Metamorfosis 12.143-145), es decir, en un cisne.

Aquiles continúa haciendo escaramuzas por la Tróade, destacando la muerte Troilo y el rapto de Briseida. Troilo era hijo de Príamo y fue asaltado por Aquiles mediante una emboscada en el templo de Apolo Timbreo –lugar fatídico para el héroe–, matándolo de forma salvaje, pues era todavía un niño (fig. 20). Este episodio, que podría ser meramente circunstancial, dio lugar a una leyenda medieval inspirada en la materia troyana, pero absolutamente libre, en la que Troilo es el amante de Criseida, según las obras, entre otros, de Benoît de Sainte-Maure, Boccaccio, Chaucer o Shakespeare. En el mito griego, sin embargo, Criseida es hija de Crises, adivino de Apolo, que fue prendida junto con Briseida en Lirneso; Criseida fue entregada a Agamenón y Aquiles se quedó con Briseida.

Antes, pues, de la lucha abierta contra los troyanos, tiene lugar la muerte de Palamedes orquestada vengativamente por Odiseo (cf. supra §6.1.6), que lo hace sospechoso de haber traicionado a los griegos a cambio de dinero mediante una carta ficticia y una cantidad de oro que el propio Odiseo había escondido bajo la tienda de Palamedes, de modo que fue lapidado por todo el ejército.

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