Tetis, por su parte, intentaba hacer inmortales a los hijos que iba teniendo con Peleo introduciéndolos en fuego, agua hirviendo o en las aguas de Estigia, la laguna de los infiernos, pero todos morían en la operación (fig. 9). Cuando estaba haciendo lo propio con Aquiles, sosteniéndolo del talón, única parte vulnerable de su cuerpo (cf. infra §6.2.5), fue descubierta por Peleo y este le quitó el niño y lo entregó al centauro Quirón para que lo educara, siendo este el único Centauro civilizado, maestro de otros héroes, incluido el propio Peleo (fig. 10-11) o Jasón (Unidad 5.1). Tetis, indignada, abandonó a Peleo y volvió al reino submarino, aunque siempre estuvo cuidando a su hijo e, incluso, ayudó a Peleo durante el viaje de los Argonautas (Unidad 5.1). Cuando los griegos se estaban preparando para la guerra, el adivino Calcante anunció que Troya no sería jamás tomada si no luchaba Aquiles, pero Tetis también conocía otro oráculo: Aquiles moriría si iba a Troya, de modo que Tetis lo llevó a la isla de Esciros y lo ocultó en el palacio del rey Licomedes disfrazado de muchacha y con el nombre de Pirra. Pero Odiseo y Diomedes acuden en su búsqueda y, para identificarlo, esconden armas entre los regalos femeninos, de modo que Aquiles, al ver la armas, dio muestras de su ardor guerrero y se descubrió a sí mismo (fig. 12, 13, 14). El héroe, consciente y sabedor de su funesto destino, parte con los griegos hacia el puerto de Áulide (cf. infra §6.2.1-2). No obstante, durante la estancia en Esciros Aquiles había mantenido relaciones sexuales con Deidamía, hija del rey, y de su unión nacerá Neoptólemo, también llamado Pirro, quien tendrá un papel relevante en el conflicto a la muerte del padre (cf. infra §6.2.6).
Las guerras míticas
1.5. Nacimiento de Aquiles
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