Los combates entre el ejército formado por Zeus y sus hermanos varones, contra Crono y los Titanes tuvieron como escenario las altas montañas de Tesalia, en la Grecia central: los jóvenes dioses combatieron desde la cima del monte más alto, el Olimpo, mientras que los Titanes se apostaron en el Otris. Hesíodo (Teogonía 617-735 ss.) describe minuciosamente las causas y las distintas fases de esta contienda, la intervención de Cíclopes y Hecatonquiros, decisiva para la victoria final de los Olímpicos, y cómo Crono y los Titanes fueron, finalmente, derrotados y encadenados en lo más profundo del tenebroso Tártaro para toda la eternidad, en el Infierno donde los ubicará Dante (fig. 25), inspirándose en Virgilio (Eneida 6.580-582). Apolodoro (Biblioteca 1.1,2) resume así este episodio:
Cuando Zeus se hizo adulto, pidió ayuda a Metis, hija de Océano, la cual con un bebedizo obligó a Crono a vomitar primero la piedra y luego los hijos que había devorado. Zeus, auxiliado por ellos, hizo la guerra contra Crono y los Titanes. Después de combatir diez años, Gea vaticinó a Zeus la victoria si se aliaba con los arrojados al Tártaro (...) Entonces los Cíclopes entregaron a Zeus el trueno, el relámpago y el rayo, a Plutón el yelmo y a Poseidón el tridente. Así armados vencieron a los Titanes y los encerraron en el Tártaro dejando como guardianes a los Hecatonquiros. Echaron a suertes el poder y Zeus obtuvo el dominio del cielo, Poseidón el del mar y Plutón el del Hades.
Cabe destacar que, para afianzar su soberanía Zeus, no se vale, como su padre, del parricidio, es decir, de un acto de violencia primaria e intrafamiliar, sino de la guerra, una forma de violencia que para los griegos pertenecía a la esfera política. Zeus, además, demuestra inteligencia y astucia: antes del combate, ganándose el favor de aliados poderosos –los Cíclopes y Hecantoquiros–, y luego, alcanzada la victoria, pactando con sus dos hermanos varones el reparto de la soberanía (Unidad 3.1).
Cuando Zeus se hizo adulto, pidió ayuda a Metis, hija de Océano, la cual con un bebedizo obligó a Crono a vomitar primero la piedra y luego los hijos que había devorado. Zeus, auxiliado por ellos, hizo la guerra contra Crono y los Titanes. Después de combatir diez años, Gea vaticinó a Zeus la victoria si se aliaba con los arrojados al Tártaro (...) Entonces los Cíclopes entregaron a Zeus el trueno, el relámpago y el rayo, a Plutón el yelmo y a Poseidón el tridente. Así armados vencieron a los Titanes y los encerraron en el Tártaro dejando como guardianes a los Hecatonquiros. Echaron a suertes el poder y Zeus obtuvo el dominio del cielo, Poseidón el del mar y Plutón el del Hades.