Introducción
Una vez concluida la ordenación del mundo físico, quedaría pendiente la de la esfera social o política, una idea que en las tradiciones mitológicas de diferentes culturas se suele expresar mediante la sucesión, casi siempre violenta, de las generaciones de dioses soberanos.
En el Enuma Elish, por ejemplo, se dice que Apsu y Tiamut engendraron a Ansar, el universo celeste, y Kisar, el universo terrestre, y esta pareja, a su vez, a dos divinidades masculinas, Anu y Ea. Pero Apsu decide destruir a sus hijos y Ea, apoyado por Tiamut, corta los tendones de Apsu, lo aprisiona y se convierte en soberano. Luego, Marduk, el hijo de Ea, hace la guerra a Tiamut y los otros dioses, y separa cielo y tierra.
En la mitología griega el ejercicio de la soberanía del Universo correspondió a una de las estirpes de los Uránidas o Titanes, los descendientes de Crono y Rea.