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3.2 Arquetipos, personajes tipo y estereotipos

Los arquetipos son patrones universales de personalidad y comportamiento que, según Carl Jung, residen en el inconsciente colectivo de la humanidad. En el diseño de personajes, estos arquetipos se integran de manera natural con la estructura narrativa del Viaje del Héroe, proporcionando un marco claro y funcional para crear figuras que conectan emocionalmente con quienes juegan mientras impulsan la narrativa. 

En el Viaje del Héroe, los arquetipos adoptan roles clave que guían al protagonista en su transformación. Por ejemplo, el Héroe o la Heroína son el eje de la historia, enfrentando desafíos y evolucionando, como Geralt en The Witcher 3. El Mentor, por su parte, actúa como guía, ofreciendo herramientas y sabiduría esenciales para el avance del héroe, como Cortana en Halo o el Maestro Roshi en Dragon Ball Z. Otros arquetipos como el Villano, que refleja el conflicto principal (Sephiroth en Final Fantasy VII), el Guardián del Umbral, que pone a prueba la determinación del protagonista (el primer jefe en Dark Souls), y el Embaucador, que introduce caos o cambios inesperados (The Joker en Batman: Arkham City), enriquecen la narrativa al añadir profundidad y variedad a los roles. 

Al integrar estos arquetipos en la estructura del Viaje del Héroe, los videojuegos pueden dividir las etapas del monomito en misiones, eventos clave o interacciones con otros personajes que apoyan o desafían al protagonista. Este enfoque no solo facilita la progresión del jugador, sino que también fortalece la conexión emocional con los personajes al ofrecer un desarrollo coherente y significativo. Además, la transformación del héroe en los videojuegos a menudo se refleja en la evolución de sus habilidades, como ocurre en los RPGs, donde desbloquear nuevas capacidades o superar retos simboliza el crecimiento personal del personaje. 

Los personajes tipo son variaciones comunes de los arquetipos, diseñadas para adaptarse al género y estilo de un videojuego. Ejemplos de estos personajes incluyen al guerrero, que encarna valores de fortaleza y protección; al ladrón o explorador, ágil y astuto; y al mago, sabio y poderoso. También encontramos figuras como el antihéroe, un personaje complejo y rebelde. Estos personajes no solo enriquecen la narrativa, sino que también complementan las mecánicas del juego, añadiendo profundidad y variedad a la experiencia.

Sin embargo, mientras los arquetipos y personajes tipo pueden enriquecer las historias, los estereotipos tienden a simplificarse de manera excesiva, lo cual puede resultar problemático. Un ejemplo clásico es el de la dama en peligro, representada por mujeres pasivas y dependientes, como Peach en Super Mario Bros. También están el villano exótico, que suele ser una representación superficial de culturas minoritarias, y el héroe musculoso, una idealización poco realista de la masculinidad. Para evitar estos estereotipos, los desarrolladores actuales apuestan por personajes más complejos y diversos quienes rompen con los moldes tradicionales presentando historias que desafían las expectativas.