La creación de personajes en videojuegos no se limita a principios estéticos y funcionales; también se fundamenta en estructuras narrativas universales, que se han desarrollado durante siglos en la literatura, el teatro y el cine. Una de las más influyentes es el Viaje del Héroe, o monomito, desarrollado por Joseph Campbell en El Héroe de las Mil Caras y adaptado por Christopher Vogler en El Viaje del Escritor. Este patrón describe el recorrido de un protagonista que enfrenta desafíos, supera pruebas y regresa transformado.
Además, el trabajo de Vladimir Propp en Morfología del Cuento, es un marco útil para diseñar personajes coherentes en videojuegos con historias consistentes. Propp descompone los cuentos tradicionales rusos en roles y funciones narrativas. Al adoptar estos roles y funciones, los diseñadores pueden crear personajes memorables, y garantizan que cada uno desempeñe un papel significativo en la historia del juego. Esto asegura que la narrativa y el diseño están profundamente interconectados.
En los videojuegos, las etapas del Viaje del Héroe se traducen en misiones o eventos clave que guían la progresión del jugador y dan profundidad al desarrollo del protagonista. Esta estructura, ampliamente aplicable al diseño de personajes, permite crear figuras que evolucionan emocionalmente junto al jugador, convirtiéndose en símbolos de superación y transformación.
