La inteligencia artificial ha transformado la industria de los videojuegos, proporcionando experiencias más ricas y desafiantes. De ella (de su calidad y equilibrio), depende en gran medida el éxito de un juego, puesto que es la que planteará principalmente el reto al jugador, ofreciéndole un desafío interesante, pero sin llegar a ser frustrante.
Si bien aún sigue siendo un tema en el que no se han explotado muchas de las herramientas y tecnologías que nos ofrece la academia y se tiende a usar herramientas “tradicionales” aún a día de hoy.
Se espera que, a medida que la tecnología continúe avanzando, la IA desempeñe un papel cada vez más relevante en la creación de mundos virtuales más inmersivos, narrativas adaptativas y NPCs creíbles. Sobre todo, con la incorporación de IA emocional, con NPCs capaces de reaccionar a las emociones del jugador, que eleven el nivel de inmersión, así como la integración de la IA generativa, que permita aumentar el realismo en los juegos (con una mejor narrativa y background de los NPCs), así como su adaptación al jugador.