Poseidón es un dios muy antiguo, ya presente en las tablillas micénicas, y, antes de imponerse como dios del mar tras el reparto cosmogónico, su nombre y epítetos lo relacionan con la tierra (quizá fuera su páredros o consorte), con los caballos y con el agua de las fuentes (como su equivalente latino Neptuno, en su origen una divinidad de los ríos, las fuentes y los lagos). Se le representa adulto, barbado y con el tridente, muy similar a Zeus, si no fuera por el ambiente marino que por lo general le acompaña (fig. 65-66).
La esposa legítima de Poseidón es Anfítrite, una de las Nereidas (Unidad 2.1, fig. 67-68-69-70-71), cuyo carácter es mucho más benevolente que el de Hera ante los numerosos devaneos amorosos de Poseidón, como se aprecia en el episodio de Teseo (Unidad 5.2). De Poseidón y Anfítrite nació Tritón, dios marino con cuerpo híbrido humano-pez que dará pie a numerosas leyendas marinas en el Mediterráneo por su carácter benefactor para los marineros (fig. 72), como ya aparece en el viaje de los Argonautas (Unidad 5.1).
Sin embargo, la descendencia de Poseidón suele tener algún elemento monstruoso (físico y/o moral) y sus hijos son totalmente opuestos a los nacidos de Zeus. Así, por ejemplo, los gemelos Alóadas, gigantescos y soberbios, que encadenaron a Ares durante 13 meses, intentaron violar a Ártemis y a Hera y pretendieron alcanzar el Olimpo apilando montañas, pero fueron fulminados por Apolo o por Zeus, episodio con elementos comunes a la Gigantomaquia (Unidad 2.1). También fueron verdaderos salvajes los hijos que tuvo con la divinidad marina Halia, hermana de los Telquines, de quien nació Rodo, esposa de Helio y epónima de la isla de Rodas, y 6 varones que intentaron abusar de su propia madre, de modo que fueron tragados por la tierra a golpe de tridente. Otros seres monstruosos hijos de Poseidón a los que se enfrentan los héroes son el invulnerable Cicno, muerto por Aquiles nada más llegar a Troya (Módulo 6), el cíclope Polifemo y Lamo, rey de los Lestrigones, en la Odisea (Módulo 6), Ámico en el viaje de los Argonautas (Unidad 5.1), el pendenciero Cerción, vencido por Teseo (Unidad 5.2), el invencible Anteo, hasta que llegó Heracles (Unidad 5.2), quien también dio muerte a Busiris, rey de Egipto, hijo de Poseidón y Lisianasa, célebre por matar a los extranjeros (fig. 73). En ocasiones asumió Poseidón apariencia equina para colmar sus deseos: con Deméter, convertida también ella en yegua, engendró al caballo Arión y una diosa cuyo nombre no se podía pronunciar, y con la Gorgona Medusa procreó a Crisaor, padre del tricórpore Geríones (Unidad 5.2), y al caballo alado Pegaso, que surgieron de su cuello una vez decapitada por Perseo (Unidad 5.1).
No obstante, no solo ha engendrado Poseidón monstruosidades, sino que también a él se remontan importantes sagas. Los eslabones orientales de los Labdácidas, es decir, sus ancestros más antiguos, Agenor y Belo, son hijos del dios y de Libia (cuadro genealógico nº 6), ninfa que dará nombre a la región africana. También lo son Pelias y Neleo, el primero protagonista del ciclo argonáutico (Unidad 5.1), el segundo aparece en el de Heracles y, además, es el ancestro de la casa real de Pilo. Pelias y Neleo nacen de Tiro, hija de Salmoneo, que los abandona al nacer y son amamantados por una yegua enviada por el dios. De Amimone, una de las hijas de Dánao tuvo a Nauplio, padre de Palamedes (Módulo 6): Amimone fue a una fuente a por agua y un Sátiro intentó forzarla, pero pidió ayuda a Poseidón y este la salvó, atacando al Sátiro con el tridente y obteniendo de ella sus favores (fig. 74-75-76). Sin embargo, su hijo más importante fue Teseo, nacido de su unión con Etra, pero criado por Egeo (Unidad 5.2, cuadros genealógicos nº 8 y nº 9) y, según algunas versiones, también es padre de Belerofontes (Unidad 5.1).
Al igual que Zeus, también los mitos más antiguos atribuyen a Poseidón relaciones homoeróticas, siendo la más famosa la que mantuvo con Pélope, hijo de Tántalo (cuadro genealógico nº 9), al que el dios rapta y convierte en su erómenos (“amado”), como Zeus había hecho con Ganimedes. Poseidón regala a Pélope la maravillosa cuadriga con la que venció a Enómao, rey de Élide, para obtener la mano de Hipodamía, pues este, temeroso de un oráculo, evitaba que su hija obtuviera marido. Pélope retó a Enómao y lo venció gracias al prodigioso carro y a cierto subterfugio amañado con Mírtilo, el cochero de Enómao, que habría saboteado el carro. Tras la victoria, Pélope fundó los Juegos Olímpicos en honor de Zeus y su gesta se encontraba plasmada en el frontón del templo de Zeus en Olimpia (fig. 77).
Poseidón recibió culto y honores en numerosas ciudades griegas y a él estaban dedicados los Juegos Ístmicos en Corinto, fundados, según algunos, por Sísifo en honor también de Melicertes, hijo de Ino y Atamante (Unidad 5.1), pero, según otros, surgieron tras la disputa de Poseidón y Helio por el patronazgo de Corinto, otorgando el centímano Briareo la victoria a Helio. Pero no sería esta la única vez que Poseidón pierda contra otro dios en una competición para ser el patrono de una ciudad. Contra Hera perdió en el patronazgo de Argos, produciendo una constante sequía en la ciudad desde entonces, solo liberada cuando salvó a Amimone (cf. supra). Pero la más célebre de todas ellas tuvo lugar contra Atenea para el patronazgo de Atenas, donde también perdió (Unidad 3.2).
A pesar de ser uno de los principales y más poderosos dioses, Poseidón suele aparecer en los mitos en un segundo plano, temido y reverenciado, pero sin el protagonismo de Zeus, al que siempre está sometido. De hecho, como castigo por cierta rebelión promovida por él y Apolo, Zeus los condenó a ser esclavos del troyano Laomedonte, para quien construyeron las murallas de Troya a cambio de un sueldo. Terminado el trabajo, el rey se negó a pagarles lo estipulado y los dioses lo castigaron: Apolo envió una epidemia y Poseidón una inundación y monstruo marino al que se debía sacrificar a Hesíone, hija de Laomedonte, que fue finalmente salvada por Heracles (Unidad 5.2), que mata al monstruo introduciéndose en él y destrozándolo de dentro a fuera, aunque las representaciones figuradas asemejan la hazaña a la de Perseo (Unidad 5.1), diferenciándose en los atributos iconográficos (fig. 78-79).