En general, es habitual continuar el estudio mediante el análisis del clima marítimo. Como se decía en la unidad didáctica anterior, los agentes oleaje, viento y variaciones del nivel del mar son los que más impacto tienen sobre la costa. Así pues, se procede al análisis de los datos obtenidos en el paso anterior, y a la caracterización de lo que se conocen como regímenes medios y extremales.
El régimen medio tiene como objetivo conocer cuál es el clima marítimo medio en la zona, es decir, aquel que predomina durante la mayor parte del año. Nos permite obtener información valiosa relativa al contenido energético medio del oleaje (¿estamos en una zona de bajo, medio o alto contenido energético?), cuáles son las direcciones predominantes del viento, o las características mareales (¿estamos en una zona micro-meso-macro mareal?). Este análisis se basa en técnicas de tratamiento de datos, siendo útil el apoyarse de herramientas gráficas que permitan trasladar al terreno las conclusiones que se van extrayendo.
Dentro de las “herramientas” que se pueden emplear, la elaboración de las “rosas” de oleaje y viento proporcionan una información muy relevante. Estas rosas son un tipo de representación gráfica que muestra la intensidad y frecuencia de presentación del oleaje y viento para distintos sectores direccionales que se corresponden con las direcciones de procedencia. Así, de una forma muy gráfica y visual se puede caracterizar de forma preliminar el impacto de los agentes y prever elementos como la dirección de la deriva litoral. Al contar con el apoyo de la evolución histórica obtenida en el apartado anterior gracias al análisis de las fotografías áreas, se puede conocer si los primeros resultados que vamos obteniendo son coherentes con las observaciones.
Al igual que se caracteriza el régimen medio, es muy relevante caracterizar el régimen extremal, que se centra en analizar el comportamiento de los eventos extremos (temporales). Si bien las condiciones medias son las que predominan durante el año, los eventos extremos se corresponden con aquellas condiciones que producen los mayores impactos, daños y cambios morfológicos en la costa. Uno de los métodos que habitualmente se emplean es seleccionar los temporales, y posteriormente analizar estadísticamente su comportamiento. Así, en lo referente al oleaje, se define una altura de ola umbral por encima de la cual se considera que se dan las condiciones de los temporales característicos en la zona. Para diferenciar un temporal del siguiente, se emplea su duración (tiempo durante el cual la altura de ola está por encima del umbral) y la separación con el siguiente (si están muy próximos, se considera que son un mismo temporal). Así, una vez identificados y seleccionados, se procede a su análisis estadístico, en el cual el impacto de las direcciones y los valores de altura de ola máximos son muy relevantes.
En lo relativo a las variaciones del nivel del mar, el papel desempeñado por la marea meteorológica resulta determinante, sobre todo en los casos en los que confluyan simultáneamente condiciones extremas de distintos agentes. Por ello, el estudio de la simultaneidad y compatibilidad de agentes resulta hoy en día de gran importancia en la dinámica costera.