Todas las actividades que el ser humano realiza en la costa se engloban dentro de la gestión integral de la costa. Desde un punto de vista de gestión, la zona costera es un recurso para su uso y explotación, mientras que desde un punto de vista ambiental es una zona que debe ser protegida de las acciones antrópicas negativas. A menudo, un tramo de costa proporciona y está sometida a numerosas actividades, por lo que los distintos usos de la costa suelen interaccionar, y con frecuencia negativamente. Una adecuada gestión de la costa debe prever y solucionar estos conflictos.
La costa se ha visto sometida a numerosos usos, sobre todo durante el último siglo, dentro de los que se destacan:
- Turismo
- Residencia
- Uso recreativo
- Industria y comercio
- Agricultura (sobre todo intensiva)
- Infraestructuras
- Acuicultura
- Pesca
- Reservas naturales
- Zonas estratégicas y militares
- Defensa de la costa
La gestión de la costa se puede dividir en: (1) legislación, (2) planeamiento y (3) práctica. La legislación marca el ámbito legislativo y administrativo que regula la gestión costera. El planeamiento es el proceso de ubicación de los recursos ambientales, ecológicos, sociales y económicos. Finalmente, se entiende como práctica al conjunto de las técnicas necesarias para llevar a cabo una tarea o decisión de planeamiento, o para desarrollar trabajos de restauración de la costa.
En el pasado, la gestión de la costa podía ser desarrollada por una única autoridad, pero el aumento en la complejidad de los problemas hace que esto, hoy en día, sea imposible. La necesidad de considerar numerosos estamentos sociales, así como diferentes ramas del conocimiento, han motivado el concepto de gestión integral de zonas costeras.
La gestión integral de zonas costeras se puede definir como el proceso dinámico en el que se desarrollan las estrategias de coordinación necesarias para la adecuada distribución de los recursos con el objetivo de alcanzar un desarrollo y conservación sostenible de la costa. Para ello, de forma general, se requiere:
Integración de los programas para el desarrollo económico, calidad ambiental y uso del terreno.
Integración de programas para sectores como producción de alimentos (agricultura y pesca), energía, transporte, recursos de agua, depuración de aguas y turismo.
Integración de las tareas de gestión costera (planeamiento, análisis, implementación, mantenimiento, monitorización y evaluación) realizadas de forma continua a lo largo del tiempo.
Integración de las responsabilidades de gestión en los distintos niveles de gobierno: local, regional, nacional e internacional, así como entre los sectores público y privado.
Integración de los recursos para la gestión, como fondos, personal o equipamiento.
Integración entre las distintas disciplinas (ciencias físico-ambientales, ciencias sociales, economía, ingeniería, política y legislación).
El concepto de sostenibilidad es uno de los más importantes que hay que tener en cuenta cuando se quiere gestionar adecuadamente un tramo de costa. El desarrollo sostenible es aquel que resuelve las necesidades del presente sin comprometer las necesidades que puedan tener las generaciones del futuro. Por tanto, las actividades que se ejecuten deben ser no destructivas y los recursos que se exploten deben ser renovables. Como se puede apreciar al observar numerosos tramos de costa, como la Costa del Sol en Málaga, esto con frecuencia no se cumple.
La salida que debe proporcionar una adecuada gestión integral de zonas costeras es un conjunto de normativas, planes, estrategias e iniciativas para la adecuada gestión del litoral.