Con frecuencia, las personas emprendedoras y el estudiantado de emprendimiento manifiestan tener dificultades a la hora de enfrentarse a la parte financiera de sus proyectos emprendedores. No obstante, como ya se ha puesto de manifiesto a lo largo de este curso, para poder desarrollar una iniciativa emprendedora, se necesitan recursos y medios técnicos, materiales y humanos y, para adquirir estos recursos, los emprendedores precisan financiación. 

Por otra parte, uno de los grandes retos de la persona o equipos emprendedores debe ser el de conseguir que sus proyectos salgan adelante y sobrevivan en el tiempo, lo que requiere que sean viables y sostenibles desde un punto de vista financiero.

Las estadísticas muestran, en general, bajas tasas de supervivencia de las nuevas empresas creadas. Así, por ejemplo, en el caso de España, sólo el 45,2% de las empresas sobrevive a los cinco años (Eurostat, 2022), siendo esta tasa de un 10% en el caso de las startups o empresas emergentes (Startup Genome, 2022). Aunque hay diversas razones para el fracaso empresarial, según los datos del Observatorio Global de Emprendimiento, más conocido como el GEM por sus siglas en inglés, el principal motivo de abandono empresarial es la falta de rentabilidad del negocio (GEM, 2023). Los análisis que hacen los colectivos y asociaciones de emprendedores y empresarios, inversores y otros especialistas en el emprendimiento, también apuntan que diversas razones de tipo financiero pueden, con frecuencia, estar detrás de este fracaso:

• Dificultades de acceso a financiación externa, sobre todo en las fases iniciales, en que los promotores de los proyectos aún no tienen credibilidad ni trayectoria demostrada, y también cuando han de financiar determinadas fases de su crecimiento.
• Tensiones y falta de liquidez en la empresa creada por falta de ventas o retrasos en el pago de los clientes, costes excesivos o desajustes en la previsión de las entradas y salidas de tesorería.
• Cuestiones relacionadas con la estructura de costes y la fijación de precios, encontrándose difícil el equilibrio entre los costes del producto o servicio y el precio que los clientes pueden o están dispuestos a pagar.
• Falta de planificación y control de la gestión financiera que con frecuencia no va más allá de un simple seguimiento de ingresos y gastos.
• Comprensión inadecuada de los márgenes y los factores que inciden en estos.
• Presión impositiva, sobre todo en cuanto a los plazos de cobro de las administraciones.
• Foco de atención en la idea y los aspectos operativos y comerciales del negocio, descuidando las finanzas y faltando con frecuencia perfiles de gestión empresarial dentro del equipo fundador.
• Y, en definitiva, fallos en la definición del modelo de negocio, que se traducen en que entra poca tesorería y/o sale mucha tesorería.

Con este módulo se busca ayudar a los equipos promotores de nuevas iniciativas de emprendimiento a evitar aquellas causas de fracaso que pueden prevenirse o mitigarse con un mejor conocimiento de la contabilidad y las finanzas emprendedoras.