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5. Algunos comentarios finales

 

Una vez elaborado el plan financiero, se debe proceder a su análisis para que:

A nivel interno

Ayude a revisar de una forma crítica las estrategias formuladas y el modelo de negocio generado, ya que va a permitir evidenciar si de su implementación cabe esperar se alcance un proyecto rentable y solvente y, en su caso, cuáles son los puntos de mejora que se pueden plantear.

A nivel externo

Permita dar respuesta a las principales preguntas que los diferentes inversores y agentes financiadores se pueden realizar respecto del proyecto: ¿cuánta financiación se necesita y en qué momento? ¿para qué? ¿cuánta tesorería consume el proyecto mensualmente? ¿cuál es el nivel de resultados esperables del proyecto?, etc.

En este sentido, el equipo promotor debe ser capaz de especificar y justificar las hipótesis utilizadas y alcanzar una comprensión profunda de sus números. Para ello, es recomendable comenzar por la realización de un plan sencillo, al que posteriormente se pueda ir dotando de mayor complejidad a través de la consideración de otras variables (por ejemplo, los impuestos directos e indirectos), del planteamiento de diferentes escenarios (optimista, más probable o moderado, pesimista) o de la realización de análisis de sensibilidad de las principales variables, intentando responder a preguntas del tipo: ¿Qué pasaría si…? Por ejemplo, qué pasaría si se crece a un ritmo más rápido, qué efecto pueden tener diferentes políticas de precios o formas de pago o qué ocurriría si se tarda más de lo previsto en empezar a generar ventas. Esto permite identificar factores y variables clave sobre las que realizar un especial seguimiento. Además, estos estados financieros previsionales son el punto de partida para la aplicación de diversas métricas y técnicas de análisis de la viabilidad, y pueden ayudar a la valoración del proyecto, según se verá en las unidades siguientes.

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