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1. Concepto de gestión financiera y particularidades de las finanzas emprendedoras

 

La gestión financiera consiste en planificar, organizar, dirigir y controlar los recursos financieros de una organización para alcanzar sus objetivos. Engloba aspectos como el análisis de las inversiones, la adquisición y utilización del capital, la planificación y previsión financieras, la evaluación y gestión del riesgo, la gestión de la tesorería o la preparación de estados financieros que ayuden a analizar el equilibrio económico y financiero de la organización. 

En la figura 1 se resumen las principales actividades y funciones de la gestión financiera emprendedora (Cornwall et al., 2020): establecer unos objetivos financieros claros para el proyecto, que sean consistentes con las aspiraciones y valores del equipo emprendedor; conocer los conceptos contables y financieros básicos y saber leer unos estados financieros que faciliten la toma de decisiones y permitan el análisis de los resultados del proyecto; realizar previsiones financieras en consonancia con las políticas y el modelo de negocio establecidos; planificar y gestionar la tesorería del proyecto, como variable central para asegurar la continuidad de la actividad; buscar y conseguir financiación para el desarrollo del proyecto emprendedor en sus diferentes fases, tanto inicial como de crecimiento y consolidación; y, finalmente, valorar el negocio y planificar, en su caso, el potencial proceso de salida de los inversores o incluso del equipo fundador de la empresa.

Representación gráfica de las seis actividades clave de la gestión financiera emprendedora
Figura 1. Las seis actividades clave de la gestión financiera emprendedora. Fuente: elaboración propia a partir de Cornwall et al. (2020)


De esta descripción de funciones se observa cómo, en el ámbito del emprendimiento, se pueden encontrar aspectos de la gestión financiera que se diferencian de los tradicionalmente analizados en las finanzas corporativas. Específicamente, las finanzas de las nuevas iniciativas emprendedoras prestan especial atención a diversas problemáticas específicas de las etapas iniciales y de crecimiento. En la figura 2 se muestran las fases por las que típicamente suele pasar el proyecto emprendedor (Rogers, 2020).

Represtación gráfica de las fases de proceso emprendedor
Figura 2. Fases del proceso emprendedor. Fuente: elaboración propia a partir de Rogers (2020)

En cada una de estas fases, las necesidades de financiación, las fuentes de financiación más adecuadas y el nivel de elaboración y suministro de información financiera van a ser diferentes.

Así, en las primeras fases de ideación y validación del modelo de negocio, el equipo promotor identifica una oportunidad de negocio o necesidad desatendida y se centra principalmente en desarrollar y validar un prototipo de producto o servicio que sea capaz de cubrir esa demanda. Con frecuencia el proyecto aún no es capaz de generar ingresos, por lo que será necesario buscar recursos que permitan financiar este proceso de desarrollo que, en función del tipo de actividad de que se trate, puede suponer un período más o menos dilatado de tiempo. En esta etapa, el análisis de información financiera se centra principalmente en determinar cuál es el nivel de consumo de tesorería que el proyecto reclama mes a mes para realizar inversiones y atender sus gastos, de forma que se pueda cuantificar cuánto dinero se necesitará para poder avanzar hacia las fases siguientes.

Una vez el proyecto comienza a tener clientes y a generar ingresos, puede ocurrir que aún estos no sean suficientes para cubrir los gastos que genera el mismo, por lo que la siguiente preocupación desde un punto de vista financiero es la de conseguir esa estabilidad financiera que le asegure su viabilidad. En esta fase, determinados proyectos necesitan pivotar en su estrategia o modelo de negocio para poder alcanzar ese umbral de rentabilidad, es decir, esa situación en que el proyecto es capaz de generar ingresos suficientes para cubrir todos los costes. Dado que el proyecto aún no es capaz de autofinanciarse, resulta necesario normalmente seguir acudiendo a financiación externa. Las posibles fuentes de financiación en este momento se suelen ampliar, por cuanto determinados agentes financiadores están dispuestos a apostar por los proyectos una vez estos han demostrado su capacidad de llegar comercialmente al mercado, lo que reduce el riesgo de la inversión en los mismos.  En este momento el equipo emprendedor suele empezar a elaborar unos primeros estados financieros que permitan analizar los ingresos y gastos del proyecto y las inversiones y fuentes de financiación requeridas, así como plantear unos primeros análisis de viabilidad. 

Por otra parte, también en las fases de crecimiento los proyectos emprendedores suelen experimentar necesidades de financiación significativas que pueden no ser cubiertas con la propia capacidad de generación de recursos de la nueva empresa. Para financiar estos procesos de crecimiento suelen entrar en juego nuevos inversores y proveedores financieros que sólo apuestan por proyectos que ya han sido capaces de justificar una trayectoria histórica de resultados positivos (como por ejemplo las entidades bancarias). La elaboración y suministro de información suele ampliarse ya para abarcar un conjunto completo de estados financieros históricos, así como de proyecciones financieras futuras, que permiten la aplicación de metodologías de análisis y valoración financiera más sofisticadas del proyecto emprendedor.

Ilustremos algunos de los conceptos presentados hasta ahora a través del caso de una startup real: Incapto (https://incapto.com/).

 

Estudio de un caso: INCAPTO

En el año 2019 Francesc Font y Joaquim Mach, dos emprendedores en serie, que ya habían aprendido de otras iniciativas previas en el sector e-commerce y, sobre todo, como ellos mismos dicen, de sus fracasos, estaban buscando nuevos proyectos que reuniesen una serie de requisitos: la sostenibilidad, un modelo de consumo recurrente y relación directa con el usuario final. Tras trabajar en varias alternativas deciden apostar por el negocio del café, sector para el que los inversores manifestaban interés y potencial.

Se plantean entonces como objetivo el de ofrecer una alternativa real y de menor impacto medioambiental al café de cápsulas, que genera residuos de aluminio de difícil y poco transparente eliminación, de forma que, sin renunciar a la facilidad de uso de las máquinas automáticas de café, brindase una mejor experiencia al consumidor de café, con un producto excelente al tiempo que transparente y sostenible. Incorporan al equipo a Beatriz Mesas, catadora de café con amplia experiencia en el sector y, en 2020, fundan Incapto, empresa de venta online de café de especialidad en grano y de cafeteras super automáticas que muelen y preparan café expreso en 30 segundos.

Su propuesta de valor es la de ofrecer café de alta gama no encapsulado y llevado al público general. Entre sus principios fundacionales destacan el interés creciente en el mercado por el café de especialidad, el dar prioridad a la satisfacción de toda la cadena de valor (incluidos los caficultores), los modelos de pago por uso, la sostenibilidad, las consideraciones sobre el ciclo de vida del producto y la flexibilidad de la relación con el cliente (Mach, 2023). Desde un punto de vista financiero, este modelo de negocio plantea una serie de desafíos significativos.

En primer lugar, dado que su objetivo es llegar al público en general (especialmente en su división B2C), pero con un café de muy alta calidad, necesitan establecer un precio a su producto que resulte atractivo para el consumidor y sea inferior al de los competidores tanto de café encapsulado como de café de especialidad, al tiempo que permita cubrir los costes.

Resuelven este problema con diversas medidas, como las siguientes (Font, 2023):

  • Sacrifican buena parte del beneficio en la venta de las máquinas para apostar por la generación de margen a través de la venta del café al cliente a lo largo de toda la vida mediante un modelo de suscripción. En este sentido se ofrecen rebajas en el precio de la máquina vinculadas a la suscripción a sus cafés.
  • Realizan un proceso de integración vertical, siendo la propia empresa la que importa y tuesta el café, lo que contribuye a que sean capaces de pagar un precio justo a los caficultores sin encarecer el precio final.
  • Venta directa online para eliminar los intermediarios y poder suministrar el café con un margen adecuado.

Otro de los retos financieros de la empresa tiene que ver con el largo período de producción y venta que han de financiar: han de fabricar máquinas a una serie de meses vista y venderlas; el café se importa en verde una vez al año y luego lo tienen que tostar durante el año, envasarlo y distribuirlo.

Esto implica una gestión muy compleja que supuso una inversión inicial muy fuerte, que pudieron financiar tanto con fondos propios, aportando los socios 200.000 euros, como a través de dos Business Angels, a los que tuvieron acceso en gran medida gracias a la experiencia emprendedora previa del equipo fundador, y que aportaron otros 200.000 euros.

Finalmente, el crecimiento en la base de clientes, el diseño de nuevas máquinas, la apertura de espacios de ventas de corta duración (pop up stores) en centros comerciales, o la apuesta por la internacionalización de la empresa, han venido significando nuevas necesidades de financiación para las que han acudido a sucesivas rondas de financiación por importes que superan un total de 10 millones de euros. Respecto de estos procesos de financiación a través de inversores de capital riesgo comenta el equipo fundador la importancia de no llegar a las rondas al límite de agotamiento de la liquidez y la importancia de progresivamente ir entrando en la senda de la rentabilidad y el logro de unas métricas sanas para afrontar las sucesivas entradas de inversores (Font, 2023).

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