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1.1. La importancia del relieve topográfico

 

En primer lugar, es conveniente diferenciar un primer rasgo característico de la morfología del tramo de costa, que tendrá gran impacto en la gestión futura: las elevaciones medias de la zona costera y los tramos interiores. En aquellas zonas en las que estas elevaciones sean muy bajas y las pendientes muy suaves, un leve incremento del nivel del mar por efecto del calentamiento global implicará la inundación de grandes extensiones de terreno que actualmente se encuentran emergidas. Por el contrario, en zonas con pendientes más elevadas e incluso tramos de acantilados, las afecciones serán menores. Este simple análisis ya determina unas morfologías costeras que sufrirán de manera muy marcada las consecuencias del cambio climático: los estuarios y los deltas.

Los estuarios y los deltas tienen pendientes muy bajas, lo que facilita la penetración de la marea y donde los impactos de un ascenso del nivel del mar serán más evidentes. En los tramos de costa no asociados a deltas o estuarios se dan casuísticas similares, aunque cada tramo de costa presenta sus propias especificidades. Por ello, antes de avanzar conviene hacer una clasificación en distintas tipologías: 

Teniendo en cuenta lo anterior, se aprecia cómo hay zonas cuya protección será más urgente que aquellas en las cuales las intervenciones humanas no han sido tan relevantes. A continuación, se exponen las principales estrategias que se pueden seguir, y se abordarán sus principales características.

Actividad propuesta: Haciendo uso de Google Earth, identifique distintas ejemplos a lo largo del planeta de las tipologías expuestas anteriormente. Investigue si en alguna de ellas ya se están visualizando y mostrando los efectos del calentamiento global y cambio climático.