El impacto del cambio climático no afectará a todos los tipos de costa (morfologías costeras) por igual; aquellas costas más tendidas y suaves, de menor pendiente, serán susceptibles de sufrir inundaciones casi permanentes, alterando completamente la configuración tanto morfológica como en lo relativo a usos de suelo que presenten en la actualidad.
Entre las zonas más frágiles y donde los impactos serán mayores destacan los estuarios y los deltas: zonas con elevaciones muy suaves y que acogen en la mayoría de los casos el asentamiento de grandes poblaciones, usos del suelo y diferentes servicios ecosistémicos.
En algunos de los casos más relevantes a nivel mundial se están comenzando a implementar planes de adaptación frente al ascenso del nivel del mar que ayuden a los gestores en la definición y puesta en marcha de planes de actuación: Dutch Delta Program in the Rhine-Meuse delta, UK Thames Estuary 2100 plan o Bangladesh Delta Plan, entre otros (visitar la web http://www.delta-alliance.org para más información). Sin embargo, queda mucho por hacer.