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3. La morfología de la costa

 

Las costas actuales muestran la huella de los procesos actuales y pasados. Así pues, la morfología costera se hereda en gran parte del pasado. Las características más amplias (o de primer orden) de la costa abarcan grandes distancias geográficas (miles de kilómetros) y están vinculadas a los procesos geológicos a largo plazo derivados de la tectónica de placas. Muchas de las formas geomorfológicas generadas o depositadas durante el Cuaternario siguen siendo claramente reconocibles en la actualidad, y han llegado hasta el momento presente modeladas también por efecto de las variaciones climáticas que han conllevado oscilaciones del nivel medio del mar (de manera muy relevante, la subida del nivel del mar tras la última glaciación).

Existe una correlación entre la configuración de las placas tectónicas y la anchura de la plataforma continental. Por ejemplo, algunas de las plataformas más estrechas se encuentran en las costas occidentales tectónicamente activas de América del Norte y del Sur. En cambio, las plataformas más anchas son comunes en los márgenes deposicionales. Dado que la ruptura de la plataforma se encuentra a profundidades relativamente constantes, de entre 100 y 200 metros, las plataformas estrechas implican pendientes pronunciadas, mientras que las anchas tienen gradientes más bajos.

Debido a su mayor extensión horizontal, las plataformas anchas y planas facilitan el desarrollo de extensas formas sedimentarias, a diferencia de las plataformas estrechas y con pendientes elevadas. Además, debido a su menor pendiente, las primeras permiten una progradación costera más rápida. Por esta razón, los grandes deltas y los sistemas de islas de barrera tienen el potencial de desarrollarse en las costas con plataformas anchas (siempre que se suministren suficientes sedimentos).

La anchura de la plataforma también influye en las condiciones hidrodinámicas. Las sobreelevaciones de la lámina de agua por efecto de los temporales dependen de las características de la plataforma continental (de ahí la importancia de conocer la batimetría expuesta en la sección anterior). Así, en las plataformas estrechas no se dispone de la suficiente extensión horizontal para que el agua se acumule, dando lugar a menores elevaciones potenciales. Las alturas de ola suelen ser mayores en las plataformas estrechas ya que las olas pueden mantener su altura una mayor distancia al no existir un fondo que amortigüe su propagación (aunque todo esto es relativo y siempre es necesario hacer un estudio específico en cada emplazamiento). En cambio, las plataformas más anchas tienen más amortiguación por fricción de las olas y, por tanto, menor energía del oleaje. Por el contrario, las amplitudes de las mareas suelen ser mayores en las plataformas más anchas, al menos para las mareas semidiurnas en zonas no polares.

Como se ha señalado anteriormente, las grandes olas generadas en el océano pierden energía a medida que se propagan por la plataforma continental interior de suave pendiente. En consecuencia, no inhiben el depósito de sedimentos a lo largo de la costa. Mientras se aporten suficientes sedimentos al sistema costero, la combinación de la reducción de la energía de las olas y la facilitación de la acumulación de sedimentos garantiza el desarrollo de grandes formas sedimentarias en los márgenes continentales anchos y planos del borde de arrastre. Un ejemplo son los extensos manglares y las llanuras de marea que cubren la costa de bajo relieve del borde de arrastre cerca de la desembocadura del río Amazonas en Brasil.

Del mismo modo, las costas deposicionales tienen el potencial de desarrollar grandes formas sedimentarias debido a sus amplias plataformas continentales y a la baja energía del oleaje. Son costas de baja energía de las olas debido a:

     1. La suave pendiente y las aguas poco profundas de las plataformas continentales en estas zonas

     2. La atenuación de la energía de las olas debido al abrigo de las masas de tierra cercanas o circundantes o de los arcos de islas o del hielo

     3. El tamaño restringido de los mares marginales y, por tanto, el alcance limitado, que restringe el tamaño de las olas que se desarrollan localmente (limitación por fetch)

Las llanuras costeras de los mares marginales varían en anchura y pueden estar bordeadas por colinas y montañas bajas (por ejemplo, Vietnam).

Los sedimentos que llegan a las costas progradantes se dispersan pronto por la acción del oleaje. Además, debido a la estrechez de la plataforma continental, las cabezas de los cañones submarinos se encuentran cerca de la costa. En consecuencia, la mayor parte del sedimento depositado a lo largo de la costa se desplaza hacia el mar a través de los cañones y “se pierde”. Por lo tanto, la zona costera en estas zonas tiene relativamente pocos sedimentos, aunque los ríos realicen grandes aportes.