Para poder entender el potencial (creativo) que suponen estas colaboraciones basadas en estrategias de crowdsourcing, estos son algunos de estos proyectos.
Life in a Day (Kevin Macdonald, Ridley Scott, 2011). El proyecto consistía en un documental que se puede visionar en Youtube (de modo gratuito) donde se recogía la vida en un día de multitud de personas anónimas de lo que pasó un 24 de julio de 2010. Para crear el documental de apenas 90 minutos se recibieron más de 4.500 horas de grabación de más de 80.000 contribuciones de 192 países. Según comenta su director, "fue totalmente sorprendente la generosidad de la gente mostrándonos estas historias que estaban tan dentro de sus corazones". Fue presentado con éxito en el festival de Sundance, y su originalidad y frescura ha provocado que esta experiencia se repitiera en innumerables diferentes ocasiones. En el mismo portal de lifeinaday de Youtube se encuentra una secuela del año 2020 por las características tan especiales que acaecieron en el mundo por la pandemia.
El caso de Johnny Cash Project (Milk, Koblin, 2012). Johnny Cash Project es el resultado de la producción de un videoclip en modo colaborativo para dar la oportunidad a la comunidad de fans de rendir un homenaje al artista, contribuyendo a pintar de forma manual cada uno de los fotogramas que componen la composición “Ain’t no Grave”. Para ello, se creó un portal http://www.thejohnnycashproject.com donde estos fans podían contribuir con un fotograma coloreado en blanco y negro como homenaje a la vestimenta del artista. Se puede ver en youtube el resultado final así como el documental del proceso de producción. El resultado son 250.000 contribuciones de 172 países. Los artistas digitales Cris Milk y Aaron Kolbin siguieron colaborando en otros proyectos similares como This Exquisite Forest (2012) con resultados de éxito similares.