Estos modelos de colaboración masiva pueden tener muchas formas de producirse, pero podemos destacar por su relevancia para fomentar la creatividad las siguientes estrategias:
1. Co-creación (Crowdcreation):
Consiste en potenciar la creación colectiva en la comunidad. Un ejemplo de ello es el modelo de pioneros por pares formado por voluntarios que autogestionan la comunidad, de carácter altruista y con productos que benefician a todos (de código/conocimiento abierto). Este puede ser el caso de la Wikipedia. A menudo se usa crowdsourcing como sinónimo de co-creación.
2. Financiación colectiva (Crowdfunding):
Invertir con pequeñas cantidades de dinero para lanzar un producto o idea, y se ofrece alguna recompensa a cambio. Este tipo de colaboración permite sacar adelante muchos proyectos creativos que de otra forma difícilmente podrían sacar adelante. Existen varias plataformas que ayudan para lograr esta finalidad como Goteo, Verkami o KickStarter.
Cabe preguntarse si se puede alimentar esa cultura participativa o bien es algo espontáneo e impredecible. Muchas de estas prácticas se han asociado tradicionalmente al entorno empresarial con conceptos como el outsorcing (asociado a la externalización de un servicio o realización de un trabajo) y crowdsourcing (lo mismo pero delegado a una comunidad amplia). El término de crowdsourcing fue acuñado por Jeff Howe (Howe, 2006), y se entiende como una ventaja competitiva de la multitud (para la realización de una labor) frente a otras prácticas tradicionales.
Estos conceptos se contemplan actualmente como una ventaja competitiva desde el punto de vista de la economía (economía colaborativa) que en la actualidad es muy popular. El término que se acuña es wikinomía, que define Tapscott como La Wikinomía es el uso del conocimiento de los usuarios interconectados, conformados en multitudes inteligentes, en una nueva forma de producción económica de manera colaborativa y participativa. (Tapscott, 2008) y que actualmente es el concepto clave de negocios basados en usuarios que regulan sus necesidades mediante plataformas online (blablacar, airBnB, wallapop...).
Pero también es un caldo de cultivo excelente para la creatividad. El Cosmonauta (2013) es un proyecto transmedial español que nace a partir de una iniciativa de crowdfunding, y se declara un proyecto abierto (Scolari, 2011). Como ejemplo de creación colaborativa (crowdsourcing) también podemos destacar un corto español: la Wikipeli (2011) con el patrocinio de una empresa cervecera y en la que las decisiones de los internautas influía en el guión (Martinez & Alberich, 2013).