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1. Prototipo y MVP

Prototipo y MVP

Un prototipo es una representación visual, interactiva o no, de una idea o concepto de producto/servicio. Puede ser una maqueta, un diseño de pantalla, o incluso un simple boceto que muestra cómo funcionará o se verá el producto final. El propósito principal de un prototipo es comunicar y visualizar la idea de un producto o sus características clave. No se construye con funcionalidad real y, por lo tanto, no se espera que funcione como el producto final.

Los prototipos se utilizan principalmente en las etapas iniciales de desarrollo para obtener retroalimentación sobre el diseño, la usabilidad y la apariencia del producto. Son útiles para probar conceptos y obtener la aprobación de los interesados antes de invertir recursos en el desarrollo completo (o en un MVP). Los prototipos son relativamente económicos y rápidos de crear. Su objetivo es reducir el riesgo y evitar gastos innecesarios al validar ideas de diseño antes de avanzar a la etapa de desarrollo.

¿Cuándo se debe hacer un prototipo? La verdad es que siempre. Es una manera de comunicar la idea de negocio a los demás, incluido otros posibles miembros del equipo promotor. Suele ser habitual que a pesar de creer que todos los miembros tengan la misma idea, al hacer el prototipo se ponen de manifiesto “pequeñas” discrepancias en la misma. El prototipo nos ayuda a que estén todos alineados.

Un MVP es una versión simplificada y funcional de un producto que tiene suficiente funcionalidad para satisfacer las necesidades básicas de los usuarios y proporcionar valor. A diferencia de un prototipo, un MVP es un producto real con funcionalidad operativa. El MVP se utiliza para validar hipótesis críticas sobre el mismo y recopilar retroalimentación real de los usuarios. Su objetivo es aprender cómo los usuarios interactúan con el producto, si están dispuestos a usarlo, y lo más importante, pagar por él si realmente estás cumpliendo sus expectativas.

Se trata  de la validación del mercado y la obtención de comentarios sobre la utilidad y viabilidad del producto en un entorno real. Puede ayudar a determinar si el producto tiene potencial en el mercado o si por el contrario deberíamos desistir o hacer ajustes (conocido como “pivotar”). La creación de un MVP generalmente requiere más tiempo y recursos en comparación con un prototipo, ya que implica desarrollar una funcionalidad mínima pero real. Sin embargo, este costo adicional se justifica por la validación que proporciona.

Si bien el prototipo viene genial para expresar con pelos y señales una idea que solo está en nuestra cabeza, el MVP es lo que realmente nos podrá indicar si esa idea puede ser un negocio o iniciativa sostenible.

Representación gráfica de un prototipo.
Figura 1. Representación de prototipo, MVP y producto. Fuente     Dall-e 3



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