Las vibraciones del aire a nuestro alrededor son captadas por nuestros oídos e interpretadas por el cerebro, que interpreta la procedencia del sonido reconociendo algunos comportamientos de la propagación de las ondas sonoras.
Para simular la ubicación en el espacio de las fuentes sonoras utilizamos simultáneamente dos recursos:
Empleo de sistemas de altavoces de sonido envolvente.
Estos emplean múltiples altavoces, cada uno de los cuales emite su propia señal sonora que, combinada con las demás señales, ayuda a localizar el sonido. Como solo tenemos dos oídos, finalmente el cerebro interpreta solamente dos señales por lo que podemos ubicar la procedencia usando tan solo una señal estéreo, con un altavoz para cada oído.

Localización espacial de los sonidos
El principal recurso para la localización espacial de los sonidos consiste en la aplicación de un procesamiento especial del sonido que simula cómo se propaga el sonido:
- Atenuando el volumen por la distancia, ya que el cerebro compara los sonidos percibidos con los sonidos que recuerda para deducir la distancia.
- Variando ligeramente el volumen entre los altavoces, para interpretar si la fuente está situada a la izquierda o a la derecha.
- Incorporando pequeños desfases temporales entre los altavoces, ya que el oído más cercano es el primero en captar la señal.
- Simulando el bloqueo y reflexión del sonido en los objetos de la escena.
- Aplicando una ligera atenuación a sonidos que proceden de atrás para simular la atenuación de las orejas.
- Simulando el efecto doppler en fuentes de sonido en movimiento.