Plasmodium es un género de parásitos que engloba a más de 150 especies que infectan distintos tipos de mamíferos, de las cuales cuatro afectan al ser humano. Estos parásitos se clasifican dentro de un grupo de organismos conocidos como apicomplejos (Infrafilo Apicomplexa). Los apicomplejos son grupo monofilético emparentado con algas dinoflageladas y ciliados formando un grupo superior conocido como Superfilo Alveolata dentro del Infrarreino Chromalveolata. Todos estos organismos provienen de un organismo eucariota común, y su grado de parentesco se conoce desde que se descubrieron las cuatro membranas que constituyen el apicoplasto (orgánulo no fotosintético específico de apicomplejos). El apicoplasto es el producto de una doble endosimbiosis entre protistas heterótrofos y protistas autótrofos y su posterior adaptación a la vida parasitaria con la pérdida de las funciones fotosintéticas (Figura 1, Van Dooren and Striepen, 2013).

Figura 1. A. Hipótesis evolutiva que explica la generación de organismos parásitos apicomplejos como Plasmodium spp. mediante doble endosimbiosis. B y C: Microscopía electrónica de las 4 membranas del apicoplasto. CT: Centrosomas; CP: citoplasma; PPC: Espacio periplástico; ST: Estroma del apicoplasto. Modificado de Van Dooren.
Otra característica común e identificativa de estos parásitos es el complejo apical. Ésta estructura se descubrió en los años 50 mediante microscopía electrónica, y está íntimamente ligada a la descarga secuencial de factores de virulencia. Esta estructura en numerosos casos es clave para su adaptación como organismos intracelulares obligados (Figura 2).

Figura 2. Estructuras principales de un parásito apicomplejo. Tomado de https://www2.tulane.edu/~wiser/protozoology/notes/api.html