Saltar la navegación

8. Sector agrario inteligente

 

La IoT es también de aplicación en las actividades relacionas con la agricultura y ganadería.

Desde hace tiempo se dispone de terrenos e invernaderos en los que con dispositivos IoT, de forma local o centralizada se monitoriza el estado del suelo, se activan los sistemas de riego, se regula la iluminación, temperatura y humedad de invernaderos, etc.  Es posible hacer una agricultura de precisión parcela a parcela o invernadero a invernadero; aplicando de acuerdo a las condiciones físicas de cada una de ellas las soluciones más adecuadas [29].

Figura 11
Figura 11. Agricultura inteligente. Fuente: [30]

Por ejemplo, se puede escanear el suelo para identificar las zonas dónde el ganado ya ha orinado y aplicar fertilizante solo en los lugares que lo necesitan, con lo que puede llegarse a reducir el uso de fertilizantes hasta en un 30%. [31]. Los sensores de humedad [32] en el suelo determinan los mejores momentos para regar las plantas de forma remota. Los sistemas de riego se pueden programar para cambiar de qué lado del tronco del árbol riegan según la necesidad de la planta y la lluvia. [33]. 

La centralización en la nube de los datos recolectados permite evaluar con precisión la densidad óptima de siembra, estimar la frecuencia de riego, determinar con rigor la cantidad adecuada de fertilizantes o de plaguicidas a aplicar, y prever con exactitud el rendimiento y la producción de los cultivos.

Por otra parte, hay granjas inteligentes dónde con sensores, microcontroladores y comunicación de datos se puede monitorizar procesos tales como el suministro de alimentos a los animales (pudiendo hacerse de forma individualizada), recogida de productos, control de iluminación, temperatura y humedad, medida de niveles de metano, CO2 y amoniaco, etc.

Por ejemplo, puede dotarse al ganado de sensores internos para monitorizar la acidez de su estómago y detectar enfermedades digestivas. Los sensores externos de movimiento identifican patrones de desplazamientos para establecer la salud y el estado físico de la vaca, diagnosticar lesiones físicas y establecer los momentos óptimos para la reproducción. [34] Todos estos datos de los sensores se pueden integrar y procesar remotamente para averiguar tendencias y patrones.

Figura 12
Figura 12. Granja inteligente. Fuente: [35].

Otra aplicación ejemplo se tiene en la apicultura. Las abejas tienen un valor ecológico y económico notable y prestan un servicio transcendental a la agricultura ya que ellas se encargan de polinizar cultivos muy diversos. La productividad de las abejas mejora considerablemente gracias a la monitorización del estado de las colonias y colmenas con sensores de temperatura, humedad y CO2. Con estos datos tomados en las colmenas y con algoritmos de Ciencia de Datos se pueden anticipar y evitar las amenazas a la supervivencia de una colonia completa de abejas [36].

Como conclusión, se puede afirmar el sector agrario inteligente logra mejorar notablemente la utilización de recursos, la calidad, la productividad, la rentabilidad y la sostenibilidad de la producción ganadera y agrícola.