El medio ambiente hace referencia a la sostenibilidad y la habitabilidad de las ciudades y entornos donde desarrollamos nuestra actividad, en definitiva, la de todo el planeta. El objetivo del concepto de medio ambiente inteligente es la introducción de innovaciones tecnológicas que ayuden en la toma de decisiones para minimizar la contaminación y la generación de residuos, a la vez que gestionar de manera responsable recursos naturales como el agua, y apostando por las energías renovables de fuentes no fósiles.

Es esencial monitorizar, por ejemplo, la calidad del aire, las emisiones de CO2, los porcentajes de partículas de gases de efecto invernadero y obtener conocimiento preciso de lo que ocurre en cada momento (figuras 4 y 5). IoT proporciona los recursos necesarios (sensores, procesamiento, ciencia de datos, etc.) para la ayuda en la toma de decisiones y correlacionar información muy diversa. Así, por ejemplo, permite conocer con rigor la influencia de la movilidad de las personas en la calidad del aire.
En cuanto a la generación de residuos, existen aplicaciones en explotación que favorecen su reciclaje adecuado (depósitos de basura inteligentes, por ejemplo) y la introducción de mejoras en su recogida y tratamiento.
También la introducción de sensores inteligentes facilita la gestión y mantenimiento de la vegetación y de las zonas verdes que son claves para la biodiversidad, y el bienestar y salud de los habitantes de las ciudades. El concepto de medioambiente inteligente está muy ligado al de Ciudades Inteligentes.
En definitiva, la agrupación de tecnologías en IoT permite realizar de forma inteligente (sin intervención humana) acciones tales como:
- Medidas de niveles de polución.
- Análisis de aguas.
- Protección y seguimiento de animales.
- Detección de vibraciones del suelo.
- Control de talado de árboles.