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2.2.3. Géneros audiovisuales

 

La demanda de la audiencia de contenidos en sus plataformas de contenido favoritas, la creación de contenidos audiovisuales y sonoros por parte de los usuarios y las posibilidades permitidas por la tecnología ha llevado a la hibridación de géneros y de formatos en contenidos audiovisuales ligados a los contenidos sonoros.

Históricamente, en la relación entre música e imagen, teníamos formatos muy concretos: el cine musical, el programa de televisión musical en directo, el concierto grabado en cine o en vídeo y, con fuerza desde principios de los 80, el videoclip. El videoclip es un formato audiovisual con un objetivo comercial donde se permitía la experimentación formal o el seguimiento de argumentos y tratamientos más tradicionales, siempre que el protagonismo fuera de la música.

El nacimiento de plataformas como YouTube y la experimentación de los usuarios ha dado lugar a un abanico muy amplio de contenidos audiovisuales dedicados a la música y a los contenidos sonoros. Se mantiene el videoclip tradicional que antes veíamos en televisión y ahora a través de Internet, el videoclip que ahora llamaríamos “vídeo oficial”, pero a este se suman nuevos formatos, como el lyric video, el visualizar, el vídeo únicamente con información de audio y una imagen fija, el vídeo vertical para Spotify, el vídeo en formato 1:1 para plataformas como Instagram, el vídeo de realidad aumentada, el vídeo de realidad virtual, el videoclip interactivo, lo que se ha llamado “performance video” o “live music video”, como grabación de una interpretación musical en directo, además de nuevos formatos que combinan estos géneros para crear otros que aún no tienen nombre.

Puede añadirse que el lenguaje propio de cada plataforma se adapta en la producción de estos contenidos para que cada plataforma llegue a generar sus propios formatos, como aquellos contenidos audiovisuales y musicales que se hacen de forma específica para Spotify o para TikTok. 

La influencia del lenguaje audiovisual amateur se ha hecho patente en la producción de cualquier tipo de producto audiovisual. El “todo vale”, cualquiera que sea la procedencia de las imágenes, ha llevado a un “barroquismo” de formatos, géneros, estilos y texturas. Los estándares de calidad profesional quedan a un lado cuando la creatividad artística del producto se impone por encima de su resolución o nitidez.

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