Establecer el número óptimo de personas de un equipo sigue siendo un tema de debate. Es evidente que a medida que aumenta el tamaño de un equipo, aumenta la cantidad de recursos disponibles que cada uno aporta (conocimiento, contactos, experiencia, etc.), pero eso dificulta la cohesión, la coordinación y la comunicación. Por tanto, no existe número óptimo invariable, sino que dependerá de muchos factores tales como la complejidad que supone el producto o servicio, el sector, la interrelación que se necesita entre los miembros, entre otros. Por ejemplo, en sectores muy dinámicos y con cambios tecnológicos frecuentes será necesaria mucha agilidad y flexibilidad en la toma de decisiones, siendo más adecuados equipos pequeños. Este contexto es característico en sectores en los que operan las startups, empresas con un alto potencial de crecimiento y escalabilidad, generalmente, basadas en las TICs, y en las que son frecuentes los equipos de entre 2 y 3 personas. Podemos recordar ejemplos emblemáticos como los fundadores de Google, Larry Page y Serguéi Brin, o más cercanos, los fundadores de Glovo, Óscar Pierre Miquel y Marta Ripoll de Damborenea.
En un reciente trabajo publicado en Nature por McCarthy et al. (2023), donde se analizaron más de 21.000 startups de éxito, se demuestra que los equipos entre 3 y 5 miembros duplican la frecuencia de éxito respecto a emprender en solitario, los de 6 miembros la triplican y los de 7 la cuatriplican. En esta investigación se consideraba tener éxito si se daba alguna de estas opciones: una startup había sido comprada o invertida, la startup había adquirido a otra empresa o había realizado oferta pública inicial (OPI), es decir, había emitido por primera vez acciones al público en una nueva emisión de acciones.