Introducción
Con algo más de 3500 especies conocidas hasta el momento, los mosquitos son insectos dípteros de la familia Culicidae que cobran especial relevancia por su papel como vectores (esto es, transmisores) de agentes etiológicos de enfermedades de importancia en salud pública, y de otros tantos agentes que afectan a animales, tanto silvestres como domésticos. Los parásitos de la malaria son un ejemplo representativo de estos patógenos. La malaria es causada por protozoos del género Plasmodium, con la especie Plasmodium falciparum jugando un papel protagonista entre aquellas causantes la malaria humana. De igual modo, existen parásitos de este género que también afectan a los animales silvestres. Tal es el caso de la especie Plasmodium relictum, un parásito de la malaria de aves con una amplia distribución y rango de especies hospedadoras, que a pesar de tener un ciclo de transmisión similar al parásito que afecta a las personas, no es capaz de infectar a humanos. No obstante, como podremos constatar en este curso, estos son solo dos ejemplos de patógenos transmitidos por mosquitos, dentro de una larga lista entre los que se incluyen también virus emergentes o reemergentes como el virus West Nile o el virus Zika. Algunos, como el virus West Nile, son patógenos que circulan naturalmente entre la fauna silvestre (en este caso, aves) y los mosquitos, pero que pueden infectar a personas o caballos produciéndoles, en ciertos casos, importantes problemas de salud. Es importante señalar que las especies de mosquito relevantes como vectores de patógenos que causan enfermedades en las personas son una minoría. Concretamente, tan solo el 2,5% de las especies de mosquitos conocidas son vectores conocidos de patógenos (concretamente 88 especies), conociéndose un total de 78 patógenos que causan enfermedades en humanos. No obstante, la lista podría incrementarse hasta 331 especies si tenemos en consideración aquellas especies que potencialmente podrían ser vectores (Yee et al. 2022).