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6. Conclusiones

En definitiva, hemos comprendido cómo el modelo de identidad del CÍBORG se puede convertir en un modo de “renombrar” lo humano en la cibercultura o posthumanismo. El filósofo Fernando Broncano los llama “seres de frontera”, “identidades móviles”, “melancólicos por su desacoplamiento con la realidad” (2009). De este modo los cíborgs se convierten en figuras centrales de una teoría para fundamentar un pensamiento filosófico no basado en dicotomías metafísicas que opongan lo natural a lo artificial, lo humano a lo tecnológico. Esto es especialmente relevante en un momento en que discursos neoconservadores rechazan la hibridación entre humanos y tecnología, en particular todo lo que tiene que ver con la intervención científica y médica en cuestiones de reproducción, desde posiciones morales. Invitamos por tanto a profundizar en las lecturas y propuestas del posthumanismo crítico para que, aceptando nuestra responsabilidad en el proceso de ciborguización, actuemos en un contexto de crisis de emergencia climática y humanitaria, siendo conscientes de las posibilidades y contradicciones de estas hibridaciones de la especie con las tecnologías y de su impacto sobre el planeta y el resto de especies. 

Al fin y al cabo, como se ficcionaliza en Membrana, de Jorge Carrión (2021) –uno de los escritores españoles más incisivos en el potencial imaginativo de la ciencia ficción en tanto realismo especulativo–, los cíborgs y el proceso de ciborguización serán lo que identificarán la evolución próxima de la especie humana, en relación conflictiva con sucesivas generaciones cada vez más perfeccionadas de Inteligencias Artificiales, las voces de la narrativa digital de esta novela (remediadas en formato libro). 

Creado con eXeLearning (Ventana nueva)