A través de estos indicadores se analiza la capacidad de la empresa para hacer frente a sus obligaciones de pago.
Ratio corriente
También denominado ratio de liquidez general o de solvencia a corto plazo, informa acerca de la capacidad que tiene la empresa, o un proyecto concreto, para hacer frente a las deudas generadas con vencimiento inferior a un año, a partir de sus activos corrientes, es decir, aquellos activos que presentan un período de conversión en liquidez no superior a un año.
Cuanto mayor sea esta ratio mejor será la liquidez de la empresa, minimizando el riesgo de entrar en lo que se conoce popularmente como suspensión de pagos, situación que se produciría cuando el pasivo corriente superase al activo corriente (capital corriente negativo) y, por consiguiente, esta ratio sería inferior a la unidad.
Sin embargo, una ratio muy elevada puede ser un indicador de la existencia de activos corrientes ociosos, que no generen rentabilidad, ocasionando así un coste de oportunidad que mermaría la rentabilidad de la empresa. Si bien no existe un valor óptimo universal, puesto que dependerá del sector en el que opere la empresa, se entiende que un valor apropiado para este indicador se situaría entre 1,5 y 2 (Íñiguez Sánchez y Garrido Miralles, 2021).
Ratio de endeudamiento
Establece la relación entre los compromisos de pago adquiridos por la empresa y los recursos propios.
Se puede considerar una medida del riesgo financiero que asumen tanto los propietarios como los acreedores, puesto que la relación entre el pasivo y el patrimonio neto condiciona la estabilidad de la empresa, así como su capacidad de endeudamiento futuro.
Cuanto más alto sea el valor de este indicador, mayor será el grado de endeudamiento de la empresa con relación a los recursos propios y, por consiguiente, mayor será el riesgo y menor la protección para los acreedores. Podría indicarse que valores próximos a 1 serían óptimos, dado que representaría un equilibrio entre recursos propios y recursos ajenos (Íñiguez Sánchez y Garrido Miralles, 2022).
Ratio de cobertura de intereses (RCI)
Mide el número de veces que el beneficio antes de intereses e impuestos contiene el gasto financiero anual por intereses.
Cuanto más alto sea en mejor situación se encontrará la empresa para hacer frente a los gastos derivados de la deuda, con los beneficios generados. Además, también es un indicador del margen de seguridad con el que cuentan los acreedores, como garantía del cobro de los intereses correspondientes. En este sentido, como indica Hulme y Drew (2020), se trata de un indicador muy apreciado por las entidades y agentes financieros, al considerar que les proporciona una medida del riesgo que asumen al conceder un préstamo a una determinada empresa.
Es la diferencia entre el importe total del activo corriente y el correspondiente al pasivo corriente.