Saltar la navegación

3.4.6. Iconología e Iconografía clásicas

En el periodo que media entre el Romanticismo  del siglo XIX y las Vanguardias del XX se produce en Occidente una transformación radical en la concepción del Arte y de los criterios estéticos que afecta, de manera particular, al legado de Grecia y Roma. Así, mientras los creadores rompieron con el canon clasicista consagrado por el Renacimiento, los historiadores fueron arrinconando el idealismo academicista, buscando comprender el significado de las obras artísticas en su propia época.

El término “Iconología”, ya utilizado por Cesare Ripa como título de su tratado de imágenes y emblemas alegóricos, fue recuperado en el siglo XX por Aby Warburg  para referirse al estudio de las imágenes como herramientas para conocer del pensamiento y la historia. A uno de sus discípulos, Erwin Panofsky, se atribuye la fundación de la Iconología entendida como el estudio de la función simbólica de las imágenes en la Historia del Arte y de la Cultura. El método iconológico parte de la descripción de la imagen, la “iconografía”, pero para trascenderla: su objetivo es identificar y clasificar temas y motivos, estableciendo su significado profundo y su evolución en el tiempo. Por ello, según Panofsky, el investigador debe poseer un conocimiento profundo de las Humanidades en su sentido más amplio y, en particular, de la Cultura y la Mitología clásicas, dada su importante presencia en el imaginario de la Tradición europea.

Esta perspectiva se ha aplicado tanto a las grandes obras, como a las artes menores, como los vasos cerámicos griegos, que constituyen una de las principales fuentes de la mitología griega antigua ( Unidad 1.2). Durante el siglo XX se llevó a cabo una minuciosa clasificación cronológica y estilística del corpus, que ha permitido, incluso, identificar talleres y pintores. Fruto de estas investigaciones son los catálogos de John Beazley y su discípulo John Boardman (véase el Corpus Vasorum on-line en https://www.beazley.ox.ac.uk/cva/) y el Lexicon Iconographicum Mythologiae Classicae (LIMC, 1981-1999).

Los estudios sobre cerámica figurativa de Françoise Frontisi-Ducroux y François Lissarrague, ambos discípulos de Vernant, han prestado especial interés, de una parte, a los contextos de uso (rituales, domésticos y políticos) de estos objetos y, por otra, a cómo se plasman en ellos los roles de sexo y género, las modas, los gustos del comitente,  etc. Las imágenes pintadas en los vasos no son una mera ilustración de mitos o escenas de la vida cotidiana, sino que reflejan categorías simbólicas políticas, religiosas y antropológicas. Por lo tanto, en su opinión, la descripción arqueológica debería dejar paso a la Semiótica y la iconográfica, a la Iconología.

Creado con eXeLearning (Ventana nueva)