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3.4.2. La Antropología inglesa y el Funcionalismo

 

Esta corriente comparte con la anterior tanto la visión de la historia en clave de “progreso”, cuanto la metodología comparativa, pero amplía el campo de estudio al conjunto de la vida social y de las civilizaciones antiguas y contemporáneas. Según Edward B. Tylor (Primitive Culture, 1871), la infancia de la humanidad reside en los pueblos primitivos, entre los cuales se habrían conservado las formas primigenias sobre las que se edificaron todas las culturas. Argumenta que en todas las sociedades de tecnología simple, sin tradición científico-empírica ni escritura, existe la creencia de que los procesos de la naturaleza y la vida humana están sometidos al control de entes o fuerzas sobrenaturales, que son los protagonistas de relatos celosamente preservados de manera oral. Así pues, los mitos plasmarían “el estado salvaje del pensamiento”, el cual, sin ser necesariamente irracional, está basado en  premisas distintas a las del “pensamiento civilizado”.

La hipótesis un Mito “natural”, cuyos vestigios preservan los relatos de los salvajes, llevará a definir los rasgos característicos de la “mentalidad primitiva” frente a la “mente civilizada”. Según Lucien Lévi-Bruhl (La mentalité primitive, 1922) los pueblos primitivos poseen un pensamiento “prelógico” o “mágico-religioso”, lo que no implica que carezcan de razonamiento, sino que parten de premisas distintas, místicas y emotivas, basadas en la creencia en fuerzas sobrenaturales.

Al acentuar el elemento emotivo de la mente y la conducta primitivas, esta escuela enfatiza la importancia del ritual entre los fenómenos religiosos y asigna al mito el papel de reflejo narrativo o explicación etiológica, más o menos deformada, de los actos del culto. Así lo propugnaron para la religión y la mitología griegas los helenistas de la llamada “Escuela de Cambridge”, comandados por Jane E. Harrison. Siguiendo a Tylor y Frazer esta profesora inglesa identifica el núcleo primitivo de la experiencia mítico-religiosa con el ciclo de las estaciones, plasmado en los relatos y cultos griegos a Deméter y Perséfone (Unidad 3.2).

Malinowski, por su parte, insistió en la solidaridad de “mito” y “rito”, ya que ambos  funcionan como mecanismos de integración social (Magic, Science and Religion, 1948). El relato tradicional cohesiona al grupo social, justificando, mediante un lenguaje codificado y fácil de entender, el orden de las instituciones y de las conductas, un orden renovado a través de la transmisión de los mitos de generación en generación. Por lo tanto, el “mito” en sí mismo carece de significado, puesto que lo que importa es su funcionamiento en un contexto socio-cultural determinado (Unidad 1.1. Actividad autónoma 3). 

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