Engloba a protozoos parásitos intracelulares obligados de glóbulos rojos pertenecientes al grupo de los apicomplejos y estrechamente relacionados con los plasmodios que causan la malaria. Su morfología es piriforme, semejante a la llama de una vela, como de trofozoito intraeritrocítico (figura 11). Es un hemoparásito de gran importancia veterinaria, con más de 100 especies que afectan principalmente a mamíferos domésticos (perros, gatos, cerdos, cabras, bóvidos, óvidos, équidos, etc.), y solo unas pocas afectan a humanos (B. microti, B. divergens y B. duncani) causando de manera general la babesiosis que se distribuye por todo el planeta (Uilenberg, 2006). Aunque en un principio se creyó que los casos humanos eran excepcionales, en la actualidad los Centros para el control y Diagnóstico de Enfermedades (CDC) consideran esta parasitosis como una enfermedad emergente (Vannier & Krause, 2012).
Las garrapatas o ixódidos (arácnidos hematófagos) vectorizan estos parásitos, a la vez que son los hospedadores definitivos (figura 11). Las garrapatas una vez que se infectan permanecen infectadas de por vida, incluso a través de sus estadíos de desarrollo y con transmisión transovárica (vertical o hereditaria). Si una hembra está infectada con Babesia spp. y realiza una puesta, los huevos estarán infectados y así el adulto que surja a través de la larva y la ninfa.

Figura 11. Izquierda: Ixodes scapularis: (A) Larva, (B) ninfa, (C) macho adulto, (D) hembra adulta, (E) puesta de huevos. Derecha: Babesia duncani en frotis sanguíneo teñido con Giemsa. Imágenes obtenidas de https://www.cdc.gov/dpdx/babesiosis/index.html
El ciclo biológico de Babesia spp. comenzaría con la ingesta de sangre de una garrapata infectada que inocula la forma infectiva al mamífero: los esporozoitos. Los esporozoitos entran en los eritrocitos y se reproducen asexualmente, desarrollándose desde trofozoíto a merozoito que en algunas especies se distingue por una forma de cruz de malta. Algunos parásitos se diferencian en gametos masculinos y femeninos que son las formas infectivas para una nueva garrapata que se alimente del hospedador mamífero. En la garrapata como hospedador definitivo, los gametos se fusionan y pasan por un ciclo esporogónico que da como resultado los esporozoitos. Los humanos entran en el ciclo al ser picados por garrapatas infectadas que introducen esporozoítos que infectaran eritrocitos como en otros mamíferos (figura 12).

Figura 12. Ciclo de vida de Babesia spp. Imágen obtenidas de https://www.cdc.gov/dpdx/babesiosis/index.html
Los seres humanos son, a todos los efectos prácticos, hospedadores sin salida, y probablemente haya poca, si es que hay alguna, transmisión subsiguiente que ocurra a partir de garrapatas que se alimentan de personas infectadas. Sin embargo, es bien sabido que la transmisión de humano a humano ocurre a través de transfusiones de sangre.
La multiplicación de los parásitos en sangre origina las manifestaciones patológicas de la enfermedad. Aunque la mayoría de las infecciones son asintomáticas, en los individuos que aparecen síntomas, estos ocurren tras al menos 1 a 4 semanas de incubación con síntomas de fiebre, escalofríos, sudoración, mialgias, ictericia, fatiga, hemoglobinuria, hepatoesplenomegalia y anemia hemolítica. En el caso de individuos inmunocomprometidos los síntomas son más graves e incluso, en el caso de B. divergens, si no se trata adecuadamente puede ser fatal.
En el caso del ganado, la enfermedad se conoce como fiebre de Texas, hemoglobinuria europea o fiebre de la orina roja y causan graves pérdidas económicas.
El tratamiento de elección para casos leves es una combinación de atovaquona y azitromicina y, en casos graves o en pacientes inmunocomprometidos, se recomienda la combinación de clindamicina con quinina (https://www.cdc.gov/parasites/babesiosis/health_professionals/index.html#tx).