Pero la enseñanza-aprendizaje sobre el cambio climático y nuestro medioambiente, no solo se desarrolla en los centros educativos mediante la educación formal. Podemos, de una manera complementaria, querer atender al conjunto de la población, sea cual sea su contexto, con la educación no formal y la educación informal contribuyendo a su alfabetización en relación al cambio climático.
La educación no formal sería aquella que, como la formal, es intencional, en este caso, que quiere instruir sobre la lucha contra el calentamiento global, pero que no es llevada a cabo por instituciones educativas que se ajustan al currículo establecido. Los protagonistas de la educación no formal serían las organizaciones, fundaciones y colectivos que, de forma libre, pretenden desarrollar educación ambiental y para la sostenibilidad. Entre las ventajas que posee podemos destacar su flexibilidad en todos los ámbitos, desde los objetivos, a las estrategias, duración, tipo de materiales empleados, etc.
Esta educación no formal puede ser una extensión o complemento a la actividad principal de la entidad, de carácter público (desde Ayuntamientos a Comunidades autónomas o incluso, hasta el propio estado) o privado (por ejemplo, una empresa que, dentro de su Responsabilidad Social Corporativa, crea un programa formativo en este ámbito) y constituir un complemento a la educación escolar o dirigirse al público en general. Son muchas las iniciativas que se podrían mencionar que pueden abordar la lucha contra el calentamiento global de una forma central o dentro de un programa ambiental más extenso. Para ofrecer algún ejemplo de administraciones públicas podríamos mencionar la Agenda 21 escolar (además, presente en instituciones autonómicas, provinciales o locales), el programa autonómico Recapacicla, o el local Pasaporte Verde. En este último ejemplo, la población diana es la escolar, realizándose distintas actividades en una ecoaula con un diseño y acondicionamiento sostenible (con arquitectura sostenible, autosuficiente energéticamente a través de energías renovables, etc.). Y es que la educación, para ser efectiva, requiere que todos los elementos del contexto sean coherentes con el propio contenido que se quiere transmitir. Entre las actividades que se proponen, todas orientadas específicamente al cuidado del medioambiente y la sostenibilidad, está la actividad Actuando por el Clima. Una de las características a destacar de esta actividad es que aunque permite aprender sobre un fenómeno global, también hace reflexionar al estudiantado sobre aspectos locales (efectos en el municipio, las causas que contribuyen al problema, las medidas de adaptación y mitigación a nivel local). Aquí se une aquello de “piensa globalmente, actúa localmente” con diferentes evidencias sobre los procesos de enseñanza-aprendizaje en los que se resalta la importancia de utilizar y dar sentido al contexto del propio estudiante.
En este cesto también se podrían incluir proyectos de entidades académicas, de investigación que sitúan la lucha contra el calentamiento global entre sus actividades de divulgación y cultura científica (e.g. CSIC, FECYT).
Entre las iniciativas privadas podemos mencionar, por ejemplo, el reciente programa Zinkers, de la Fundación Repsol que ofrece recursos a escolares de Educación Primaria y ESO, y a sus docentes, sobre la energía, el cambio climático, la calidad del aire, la movilidad sostenible, la economía circular y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Cabe señalar que otras empresas energéticas también tienen/han tenido programas de educación ambiental. Desde una perspectiva crítica, cabría preguntarse en qué medida iniciativas como esta no responden a un lavado de imagen verde (greenwashing). En cualquier caso, en este ejemplo podríamos subrayar la importancia que tiene la tecnología, con el uso de recursos como Edpuzzle (herramienta en línea que nos permite editar vídeos para introducir preguntas, crear cuestionarios o añadir notas de voz), Minecraft (edición educativa del videojuego) o la propia gestión del proyecto a través de una plataforma; también la importancia del apoyo y la formación del profesorado que incluye el programa, el trabajo colaborativo entre los estudiantes para su aprendizaje, el uso de una narrativa que da sentido al proyecto, el planteamiento de actividades a modo de retos a superar y en un enfoque gamificado (reflejado en esto último, en el uso de Minecraft o un concurso que premia los trabajos realizados por los centros participantes).
Y por supuesto, habría que mencionar dentro de la educación no formal los programas de ONGs, fundaciones (e.g. Green Peace España, Manos Unidas) y asociaciones o redes (e.g. Teachers for the Future Spain) centradas en el cuidado del medioambiente o con algún objetivo ambiental y/o educativo. Fijándonos en este último, podemos destacar la importancia que tiene para la educación ambiental, y para la lucha desde la educación contra el cambio climático, la creación de redes de docentes, que desde un ámbito informal impactan enormemente en la educación formal. La investigación pone de manifiesto que la innovación muy difícilmente tiene lugar y es efectiva si se lleva a cabo por docentes aislados. Ese apoyo mutuo para que prospere una innovación, (tan demandante por los cambios que supone asumir), que a veces no se halla en el propio centro, puede encontrarse en redes de este tipo. Por otra parte, particularizando en Teachers for the Future Spain, es impresionante la cantidad de recursos actualizados, experiencias, propuestas que contiene y el soporte que puede ofrecer a quien se quiera involucrar en este ámbito. Valga de ejemplo su iniciativa 28000 por el clima (Fig. 1), que incluye, entre otras, actividades estructuradas en los siguientes proyectos:
- Recreos residuos cero
- Ecocomedores
- Movilidad escolar activa y autónoma
- Energía y huella de carbono
- Reverdecer el centro educativo
- El compostaje en las escuelas
- Arte climático
Fig. 1. Cartel de la iniciativa 28000 por el clima (Teachers for the Future Spain).
Si ampliamos el foco y consideramos una perspectiva internacional, entonces la oferta aumenta drásticamente (e.g. Climate Literacy and Energy Awareness Network, Climate Kids, Earth Day y el propio Teachers for the future presente en otros países).
Pero también puede ocurrir que la actividad de la entidad se centre en la educación ambiental. En este apartado estarían los centros de Educación Ambiental, las Granjas Escuela y las Aula de la Naturaleza, Centros de interpretación etc.., donde independientemente de su especificidad, el cambio climático se convierte en un tópico emergente. En estos casos su actividad puede orientarse a un complemento extra-escolar del estudiantado preuniversitario, a ciertos colectivos ciudadanos, pero también a la ciudadanía en general. En la tabla 6 se ofrece, a modo de ejemplo, un listado de Granjas Escuela y Aulas de la Naturaleza de Andalucía que trabajan la educación ambiental. Bien es cierto que no se centran en el problema del cambio climático de una manera específica y exclusiva; pero también lo es que, realizándose en todas actividades de educación ambiental y para la sostenibilidad, abordan el problema del calentamiento global.
Granja escuela Buenavista | Arcos de la Frontera (Cádiz). Barriada rural en la confluencia de los ríos Guadalete y Majaceite |
Granja-Escuela La Sierra | Constantina (Sevilla). Parque Natural Sierra Norte de Sevilla. Reserva de la Biosfera Dehesas de Sierra Morena |
Granja escuela La Subbética | Priego de Córdoba (Córdoba). Parque Natural de las Sierras Subbéticas. Red Europea de Geoparques y de la Red Global de Geoparques |
Granja escuela de la Finca Real | Niebla (Huelva). En el municipio de Niebla. Cercano a las orillas de río Tinto |
Granja Escuela Parapanda | Alomartes (Granada). Sierra de Parapanda |
Granja escuela Huerto Alegre | Parque Natural de las sierras de Tejeda, Almijara y Alhama |
Tavizna. Aula de Naturaleza | Ubrique (Cádiz). Parque Natural Sierra de Grazalema. Reserva de la Biosfera UNESCO |
Centro de naturaleza “El Remolino” | Cazalla de la Sierra (Sevilla). Parque Natural de la Sierra Norte, Reserva de la Biosfera Dehesas de Sierra Morena |
Centro de naturaleza Encinar de Escardiel | Castilblanco de los Arroyos (Sevilla). Estribaciones del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla |
Las Contadoras, aula de la naturaleza | Málaga. Parque Natural Montes de Málaga |
Aula de naturaleza “Ermita Vieja”. Huerto Alegre | Dílar (Granada). Espacio Natural de Sierra Nevada |
Aula de Naturaleza El Hornico | Pozo Alcón (Jaén) |
Finalmente, consideramos un aprendizaje informal y autónomo (educación informal) el que nos proporcionan, desde las personas más cercanas a nosotros hasta los medios de comunicación que tratan con cierta asiduidad temas ambientales y específicamente el cambio climático. Cabría mencionar también aquí el acceso, a través de sus webs, a los proyectos y sus recursos anteriormente mencionados en referencia a la educación no formal. Se trata de un aprendizaje espontáneo, promovido especialmente por la motivación para aprender de la persona, pero que hoy en día podemos considerar relevante y cuyo peso en la alfabetización ambiental y sobre el cambio climático de la ciudadanía no podemos olvidar.
El programa Reduce tu huella puede valer como ejemplo de programa de televisión dedicado a formar en sostenibilidad, dirigido al gran público. En él está muy presente la formación relativa al cambio climático y, sobre todo, alternativas para mitigarlo. Se fija en casos reales, cercanos y transferibles, ofreciendo una visión positiva de lo que podemos hacer (y no tanto en las amenazas, sobre las cuales existen muchos recursos que profundizan en esta otra línea), sin renunciar a utilizar el factor sorpresa como “enganche”. Así en el episodio sobre Benidorm, que a priori se podría considerar como un ejemplo de desarrollo urbanístico no sostenible, el análisis que se realiza en este programa haya soluciones como un gran kilometraje de carriles bici que reduce el uso de vehículos y combustibles, crecimiento en vertical que evita la ocupación de más espacio por la ciudad, asociado con bosques urbanos que permiten prácticas saludables e incluso mejoran la calidad del aire, edificios inteligentes que incorporan innovaciones que suponen un gran aprovechamiento de recursos y un salto hacia la sostenibilidad, gestión hídrica urbana que lleva al máximo aprovechamiento del agua potable y residual o bosques urbanos. Es un ejemplo agradable de cómo con este entorno de educación informal como es el visionado de un programa de televisión se contribuye a romper con conceptos erróneos como podría ser la concepción de esta ciudad como un ejemplo de urbanismo no sostenible.
Además de los recursos audiovisuales, cabría citar los blogs (e.g. Planeta Manua Loa) y, más recientemente, los podcasts en fuerte expansión, con la ventaja de que pueden ser escuchados mientras se hacen otras actividades (e.g. Mangas verdes y El charco).
Podemos considerar que la educación no formal y la informal tienen que apoyar, especialmente, ese aprendizaje a lo largo de toda la vida a la que estamos llamados los ciudadanos en todos los campos, también en este de la alfabetización ambiental y sobre el cambio climático.