IoT se fundamenta en la transmisión, almacenamiento y procesamiento de la información, jugando por tanto un papel transcendental los sistemas o dispositivos que realizan procesamiento de la información, que genéricamente denominamos computadores. La característica fundamental de todo computador radica en que es una estructura física (hardware) que puede realizar múltiples aplicaciones sin más que cambiar los programas que ejecuta.
También un computador se caracteriza por tener las siguientes unidades funcionales: procesador (o circuitos que controlan el funcionamiento de todo el sistema y dónde se realizan las operaciones lógicas y aritméticas), memorias interna y externa y dispositivos de E/S.
Los computadores se comercializan y utilizan bajo distintas formas, como extraordinariamente grandes computadores (supercomputadores), computadores grandes (mainframes, en inglés), estaciones de trabajo, computadores personales de sobremesa y portátiles, y computadores embebidos.
Los computadores embebidos suelen disponer de E/S especializadas, así las entradas en las aplicaciones IoT incluyen sensores de distinta naturaleza para registrar o medir información ambiental o captar las órdenes de los usuarios, y las salidas con actuadores, pantallas e impresoras y módulos de interconexión a redes de datos. Estos computadores embebidos realizan un procesamiento o preprocesamiento local, antes de comunicarse con otros sistemas digitales o dar sus salidas.
La información captada por los computadores embebidos puede ser captada por sistemas de mayor potencia de almacenamiento o cálculo, por ejemplo, para monitorizar las señales y extraer conocimiento de ella, como pueden ser teléfonos móviles, PCs, estaciones de trabajo, e incluso sistemas en la nube (grandes computadores o supercomputadores).
En definitiva, en esta unidad hemos analizado la tecnología física que hace posible el desarrollo de IoT y dotarla de inteligencia.