Saltar la navegación

3. Computación ubicua

 

La computación ubicua supone la integración de muy diversos sistemas de procesamiento de la información distribuidos espacialmente y sin percibirlos como tales. Están por todas partes, sin notarlos. Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua (RAE), “ubicuo” significa que está presente a un mismo tiempo en todas partes.

Como indica Andrei Vazhnoven en su libro “La Red del Todo” [8], Mark Weiser, de laboratorios PARCC en el año 1988 utilizó por primera vez el término "computación ubicua" (ubiquitos computing) [9], al describir un escenario futuro con computadores y sensores invisiblemente integrados en todo nuestro alrededor facilitándonos nuestra vida cotidiana. Lámparas que se ajustan automáticamente a la luz ambiental para dar la iluminación adecuada, despertadores que preparan café para que esté recién hecho en el momento que nos despiertan, ventanas que sutilmente nos dan el estado del tiempo sin necesidad de asomarnos, sensores y actuadores que detectan la habitación en que nos encontramos y regulan automáticamente  la temperatura ambiente y el volumen de la música a nuestra satisfacción Weiser no sólo era un visionario teórico ya que a finales de la década de los 1980 había desarrollado en su laboratorio diversos prototipos experimentales. Acerca de la visión de la tecnología que estaba tratando de construir, expreso lo siguiente en su artículo "La Computadora del siglo XXI [10], citado más de 1.800 veces por distintos investigadores:

"Las tecnologías más importantes son las que no se perciben. Son las que se entrelazan con el tejido de nuestra vida cotidiana hasta que ya no son distinguibles de ella."

En la actualidad hemos llegado a esta situación y ello ha sido posible integrando pequeños computadores, sensores y actuadores en absolutamente todo: interruptores, ventanas, persianas, frigoríficos, televisores, termostatos, relojes, zapatos, ropa. Cuando Weiser lo propuso parecía una ficción extravagante pero hoy es una realidad.

Hoy estamos inmersos en un mundo con diversas tecnologías imperceptibles o invisibles como la distribución de agua o la electricidad. Gracias a la electricidad disponemos de motores eléctricos, extraordinariamente baratos, eficientes y miniaturizados en comparación con los del siglo XIX que sustituyeron a las máquinas de vapor. Como recalca Vazhnoven en su libro, hay motores por todas las partes. “Hay uno en la aspiradora, otro en el secador de pelo, los motorcitos que mueven las batidoras y licuadoras y los que giran el plato que ponemos en microondas... Además, cualquier automóvil tiene más de 20 motores - el que arranca el coche, él que limpia el parabrisas, él que sube y baja las ventanillas, varios motores en el acondicionador de aire y muchos más. Los motores eléctricos se entrelazaron tanto en nuestras vidas que ya hace años nos pasan desapercibidos. Nadie piensa, "Voy a activar un motor para subir la ventanilla o para secarme el pelo, simplemente sube la ventanilla o se seca el pelo”. “La electricidad nos es imperceptible”.

Weiser decía que es inevitable que termine pasando lo mismo con los computadores, que algún día iban a pasar desapercibidos en nuestras vidas dejándonos con un mundo donde todas las cosas a nuestro alrededor sean inteligentes y conectadas. Obviamente vislumbró Internet de las Cosas, que es un caso claro del concepto de Computación Ubicua.