2. ¿Qué es un webdoc?

En el ecosistema mediático actual, donde el usuario ha tomado un papel activo en el proceso comunicativo, y donde lo experiencial se ha puesto en un primer término, el webdoc constituye uno de los productos emergentes, resultantes de los procesos de transformación tecnológica, la hibridación y el auge de nuevas narrativas. El sector audiovisual se ha encontrado ante un nuevo formato en crecimiento que constituye una nueva línea de negocio ya sea como proyecto independiente o vinculado a proyectos transmedia. Por su parte, Gifreu apunta a una doble hibridación como la responsable de la aparición del webdoc o documental interactivo: la producida “entre audiovisual —género documental— e interacción —medio digital interactivo—, y entre información —contenidos— y entretenimiento —interfaz navegable—” (2011).

En una primera instancia, este tipo de producciones tienen como punto inicial el que se tratan de productos de no ficción. Con esta etiqueta se designan una serie de prácticas audiovisuales que versan sobre lo real, pero lindando con el cine experimental y el de ficción. Precisamente ese carácter fronterizo ha hecho que en los últimos años se haya generado una productiva discusión sobre su propia naturaleza, lo que demuestra: 1) el interés que suscita este formato, ahora en auge en plataformas digitales con subgéneros como el true crime, 2) la pluralidad de sus formas, que reta a establecer una demarcación bien definida.

Si bien las fronteras entre la ficción y la no ficción cada vez son más débiles, la cuestión es que hay una serie de rasgos formales y de contenido que a menudo nos ayudan a identificar este tipo de prácticas, más allá de la posibilidad de que la película, por ejemplo, sea etiquetada para comercializarse como documental. Pero lo cierto es que estamos asistiendo a la expansión de esta denominación trasvasando categorías más convencionales que responden al tipo del soporte (antes 16mm, 35mm, video analógico y ahora digital), surgiendo formatos tan estimulantes como el del webdoc.

Las múltiples definiciones de webdoc que podemos encontrar coinciden en la suma de dos elementos centrales: documental + medio digital interactivo. Pero hay que tener en cuenta que el resultado de esta ecuación sería el documental interactivo, del cual el webdoc es una de sus modalidades. Otras formas del documental interactivo con estas posibilidades serían el televisivo, el transmedia, el que usa formatos ópticos como el Blu-ray, etc…

Este formato se caracteriza por ser una plataforma abierta y accesible en internet, con un diseño de interfaz cuya impronta visual se encuentra entre una página web y un videojuego, donde “el género documental aporta sus variadas modalidades de representación de la realidad, y el medio digital, las modalidades de navegación” (Gifreu-Castells, 2014). Además, el propio diseño del webdoc debe favorecer la interactividad, es decir, que la propia textualidad desarrollada invite al usuario a cliquear en los elementos interactivos, de tal forma que se pueda continuar avanzando en la navegación.

Uno de los efectos más explorados, desde un plano teórico, sobre la teoría de la no ficción es el efecto de inmersión. El efecto de verosimilitud que generan las imágenes documentales provoca que las narraciones que usan este tipo de materiales tengan un fuerte efecto persuasivo sobre el público. Es decir, creemos como real lo que aparece en este tipo de películas cuando percibimos que lo que nos están contando es de naturaleza documental.

¿Cómo aprovechar la potencialidad de los nuevos medios digitales para incrementar este efecto? Pues gracias a las tecnologías inmersivas que proponen este tipo de medios electrónicos (Ryan, 2004). Ya el simple hecho de tener que ir cliqueando propicia un incremento en la atención por parte del usuario, al mismo tiempo que dicha resistencia que ofrece la propia textualidad supone un reto que puede contribuir al interés en el webdoc. Esta idea de resistencia es la misma que propone Espen Aarseth (2004) cuando habla de literatura ergódica, cuya etimología viene de las palabras griegas ἔργον (trabajo o esfuerzo) y ὁδός (camino o recorrido). El propio weboc se propondría como una narrativa ergódica que ofrece resistencia pero que debe ser lo suficientemente accesible para que no se abandone el visionado del proyecto.

Otro de los rasgos fundamentales de este tipo de narrativas es la fragmentación. Si bien el documental lineal tradicional suponía un bloque de información que se ofrecía de forma continua desde que se daba al play al pause o stop, ahora la estructura narrativa se fragmenta para que cada usuario decida cómo quiere interactuar con ella. De esta forma se proporciona al usuario la sensación de libertad a la hora de navegar por el webdoc, aunque, obviamente, las opciones siempre serán limitadas.

Como resultado de dicha fragmentación, el webdoc puede ofrecer diferentes experiencias al usuario cada vez que reinicie el visionado del mismo. La diversidad de estrategias de visionado que ofrece el proyecto contribuyen a que el tiempo que se invierta en el proyecto sea potencialmente mucho mayor que si viese un largometraje documental, por ejemplo, pero solo si la propuesta es lo sumamente sugerente como para invertir tiempo en ella. El rol activo del usuario es fundamental, puesto que de su acción devendrá la textualidad que sea finalmente consumida, es decir, dependiendo de las opciones que escoja se desarrollarán una serie de acciones u otras.

Arnau Gifreu (2014) establece una serie de características esenciales para diferenciar este género del resto de trabajos de no ficción que se pueden encontrar en el mercado actualmente:

Fuente: Arnau Gifreu (2014)