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4.4 TECNOLOGÍA HÁPTICA

 

El desarrollo de las tecnologías ha conseguido integrar una serie de recursos didácticos innovadores en la mayoría de las disciplinas, logrando contextualizar los contenidos a través de entornos virtuales, nunca antes vistos, mucho más seguros y con un alto grado de realismo. Estos recursos se han desarrollado muy rápidamente y están disponibles en todas las etapas y ámbitos educativos, lo que genera la necesidad de adecuación y preparación para saber hacer uso de las mismas de forma efectiva (Quenta-Silva, 2019).

Autores como González-Carrasco (2020) defienden que las TIC y las tecnologías 3D han irrumpido en la sociedad para quedarse, con la finalidad de facilitar a los estudiantes la adquisición de sus competencias, del mismo modo que en su día el PorwerPoint sustituyó a los acetatos y estos antes sustituyeron a la tiza y la pizarra.

En los sistemas de realidad virtual comunes, la información llega al usuario a través de la visión, por medio de pantallas y gafas estereoscópicas. Sin embargo, si no se completa con los estímulos propios del resto de canales, como son el táctil, el olfativo, el gustativo o el sonoro, la inmersión no resulta íntegra. En muchas ocasiones esta información puede resultar imprescindible para la comprensión global de un objeto de estudio (Miroli, 2018). Por lo tanto, un sistema virtual produce un alto grado de interacción e inmersión, si cuenta con una interfaz multimodal, que envíe y reciba información a través de diferentes vías sensoriales, aproximándose en todo lo posible al contexto real que simula (González, 2011). Con el objetivo de aumentar la sensación de inmersión, a comienzos de los años 90 se empezaron a desarrollar los primeros dispositivos hápticos (Abtahi, 2021).

Imagen obtenida de Pexels (pexel-tara-winstead-8386434)
Imagen obtenida de Pexels (pexel-tara-winstead-8386434)

De forma que la implementación de hápticos en la realidad virtual produce una mejora de la experiencia inmersiva, atribuyendo mayor valor al aprendizaje. Esta tecnología se encuentran ya dentro de la vida doméstica cotidiana en sus formas más básicas y en el campo de las simulaciones médicas, estudios de diseño y telecirugía robótica entre otras, en sus formas más avanzadas. En el campo de la medicina, son muy válidos para la formación de cirujanos (Figueroa y Medina-Cortés, 2020).

Los estudios hápticos comenzaron en la rama de la psicología. Ya en los años 60 Marshall McLuhan predijo que la nueva era de la tecnología se caracterizaría por el sentido del tacto, en lugar de por la visión. Robert Jütte, escritor de la obra Historia de los Sentidos, afirmó que seguramente estemos inmersos en una “edad háptica”, identificable por la cantidad de interfaces preparadas para ser tocadas, como los teléfonos móviles, tabletas, dispositivos de lectura digital, etc. (Arri, 2019).

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