Para la inmensa mayoría de las Enfermedades de Transmisión Vectorial (ETV), reducir el contacto de las personas con los vectores transmisores de estos patógenos es la principal vía preventiva recomendada. La ausencia de vacunas en muchos casos y la falta de disponibilidad de herramientas farmacológicas que reduzcan las fases virémicas en hospedadores amplificadores, propician que las principales estrategias de combate frente a las ETV residan en el diseño e implementación de Programas de Control Vectorial (PCV), además de fomentar también acciones de autoprotección en la ciudadanía como el empleo de repelentes o telas mosquiteras (WHO, 2017).

En el caso de los vectores de transmisión biológica más importantes del planeta, los mosquitos culícidos, en función del ciclo biológico bifásico que presentan (fase acuática vs. fase aérea), podemos distinguir dos tipos de estrategias de control según el enfoque de reducción poblacional sea frente a las larvas o a los adultos.