A la hora de identificar los mosquitos debemos tener varias cuestiones en consideración. Como ya se viene señalando en otros apartados del curso, en primer lugar, debemos tener presente que para estudios epidemiológicos solo las hembras de mosquito se alimentan con sangre y por tanto son las únicas capaces de transmitir el virus. Por esto, las hembras y no los machos serán el foco de nuestros estudios epidemiológicos. Sin embargo, si queremos conocer la abundancia, diversidad o riqueza de las poblaciones de mosquitos de una zona determinada, es recomendable incluir tanto machos como hembras de cada especie. La identificación de los mosquitos a nivel de especie puede ser una tarea muy complicada que requiere de muchas horas de práctica para poder hacerlo de manera fiable. El primer paso para una correcta identificación de los mosquitos es conocer específicamente su anatomía, que como ya señalamos anteriormente, podemos dividirlo en 3 partes: cabeza, tórax y abdomen (imagen 10). A continuación, se detallan algunas de las estructuras características de cada una de estas partes que tienen una notable importancia en la identificación de las especies de mosquitos.
Imagen 10. Esquema de un mosquito donde se diferencian las tres secciones principales, cabeza, tórax y abdomen.
Fuente: Imagen de uso libre de https://openclipart.org/ editada por Martina Ferraguti y Sergio Magallanes Argany
Cabeza
En ella encontramos 3 estructuras muy importantes para la identificación de los mosquitos que son las antenas, la probóscide y los palpos. De hecho, según la forma de las antenas podemos diferenciar entre machos y hembras. Los machos presentan pelos largos llamados clávolas en las antenas, que en su conjunto recuerdan a una estructura plumosa mientras que las hembras presentan las antenas con clávolas de pequeño tamaño (Imagen 11). En cuanto a los palpos, las hembras de los mosquitos se pueden identificar según sean los palpos tan largos como la probóscide, característica exclusiva de las hembras de la Subfamilia Anophelinae, que las diferencia de aquellos mosquitos de la subfamilia Culicidae que presentan palpos cortos. Pero este carácter solo es útil para el caso de las hembras, ya que los machos de todas las especies de mosquitos tienen los palpos largos. Por ello, para identificar a los machos y también a las hembras del género Anopheles debemos fijarnos en otro carácter único de este género, presente en el tórax.
Imagen 11. Pareja de mosquitos macho a la derecha y hembra a la izquierda, las flechas señalas a las antenas.
Fuente: Imagen cedida por Marina Ferraguti
Tórax
El tórax es una de las partes más importantes en la identificación de los mosquitos. Por un lado, encontramos el escutelo, que permite diferenciar según sea unilobulado o trilobulado las dos grandes subfamilias Anophelinae con un escutelo unilobulado y culicidae trilobulado. En cuanto al espiráculo la presencia o ausencia de setas y las escamas en el espiráculo, son elementos claves para la identificación de un gran número de especies de mosquitos. Por ejemplo el género culisetas tienen setas pre-espiraculares que son pelos que salen sobre el espiráculo (imagen 12). Sin embargo, si tanto las setas pre-espitraculares como las post-espiraculares están ausentes estaríamos frente al género Culex, vector de enfermedades como el virus del Nilo Occidental. También encontramos en el tórax que se insertan los 3 pares de patas, estas patas se dividen en fémur, tibia y 5 tarsomeros. La diferencia de tamaño entre los tarsomeros o la presencia de escamas en las patas pueden ser muy útiles para la identificación de determinadas especies. Por último, las dos alas presentan estructuras que nos pueden ayudar a la identificación, como son la presencia de puntos oscuros en las alas que son excesivos de ciertas especies.
Imagen 12. Detalle del tórax lateral de un mosquito con la cabeza a la izquierda, la flecha negra señala la parte pre-espiracular y la flecha roja la parte post-espiracular. Entre las dos flechas está el espiráculo.

Fuente: Imagen Foto cedida por Álvaro Solís Gutiérrez
Abdomen
Aquí debemos fijarnos en 2 aspectos. En primer lugar, el cerco que es la parte final del abdomen, ya que en las hembras si este es visible estaríamos frente a un ejemplar del género Aedes. Si por el contrario, esta estructura no es visible, podría ser cualquiera de los demás géneros (Imagen 13). En segundo lugar, la estructura que dibujan las escamas blanquecinas en la parte superior del abdomen suelen ser importantes para identificar determinadas especies. Por ejemplo, en la especie Culex theileri, estas escamas forman unos triángulos invertidos característicos.
Imagen 13. Abdomen de mosquitos del género Aedes

Fuente: Imagen de Becker et al. (2010)
En cualquier caso, para el desarrollo de competencias en la identificación de los mosquitos, es siempre recomendable y casi imprescindible llevar a cabo un entrenamiento práctico con expertos entomólogos y emplear guías de identificación de probada valía como Becker et al. (2010).
Una vez identificados los diferentes ejemplares capturados, otro aspecto muy importante es determinar si las hembras están alimentadas o no y en caso de estarlo, en que estadio de alimentación están o si ya han desarrollado los huevos en su abdomen. Para ello es especialmente útil el empleo del criterio descrito por Santos et al (2019) en el cual le asigna un valor de 1 a 7 según sea el estado de alimentación del mosquito (Imagen 14). En esta imagen vemos como el mosquito de grado 1 está sin alimentar con el abdomen totalmente vacío, el mosquito de grado 2 es un mosquito que se ha alimentado recientemente. A continuación, las imágenes de los mosquitos con grados 3, 4, 5 y 6 corresponden a ejemplares en diferente fase de digestión de la sangre, donde en el mosquito 6 se pueden apreciar la aparición de huevos. Finalmente, los mosquitos catalogados con el grado 7 corresponden a ejemplares listos para ovopositar donde se habría completado la digestión de la sangre y se puede observar el abdomen repleto de huevos.
Dependiendo del propósito del estudio que se quiera desarrollar, estos individuos que se han alimentado de sangre pueden ser considerados especialmente valiosos puesto que nos pueden dar una mayor cantidad de información. Con ellos se pueden aplicar técnicas moleculares que permiten determinar el origen de la sangre que hay en su interior.
Imagen 14. Estadios de las diferentes fases de alimentación de un mosquito y los tiempos en horas aproximadamente tras la ingestión de sangre.

Fuente: Imagen publicada por Santos et al (2019) y editada por Sergio Magallanes Argany.