Honestamente disfruto de ambos tipos de juegos, pero por razones distintas. Por un lado, los títulos grandes de estudios AAA ofrecen una calidad de producción impresionantes: mundos enormes, música orquestal y animaciones pulidas, cosas que solo se logran con muchos recursos. Juegos como HellDivers II demuestran que, cuando un estudio grande tiene una buena idea y la lleva a cabo de forma correcta, el resultado puede ser increíblemente divertido y adictivo.
No obstante, también me encantan los proyectos más pequeños porque considero que arriesgan más y transmiten una visión más personal. En este caso, Blasphemous II tiene una identidad artística y una ambientación que sería difícil que saliese de un gran estudio con tantas capas de aprobación.
No obstante, también me encantan los proyectos más pequeños porque considero que arriesgan más y transmiten una visión más personal. En este caso, Blasphemous II tiene una identidad artística y una ambientación que sería difícil que saliese de un gran estudio con tantas capas de aprobación.