Prever el impacto que tendrá el cambio climático en la costa depende, en gran medida, de nuestra capacidad de simular mediante modelización numérica distintos posibles escenarios futuros. Durante los últimos años la capacidad de cálculo computacional no ha dejado de crecer, y ello permite que cada vez las estimaciones, proyecciones y previsiones sean más fiables.
Además, recientemente la inteligencia artificial ha emergido como una herramienta que puede contribuir a mejorar estos análisis.
¿Qué opinas sobre ella? ¿Has tenido la oportunidad de usarla?
Te animo a que reflexiones sobre ello y a qué pienses qué beneficios podría tener para una mejor gestión de la franja costera.