Se dice de manera coloquial que para crear una empresa, las personas pueden aportar tiempo o dinero, o ambos. Dicho de otra manera, en un equipo de fundadores están las personas socias que aportan solo trabajo, las que aportan solo capital financiero, o las que aportan ambas cosas (en igual o en diferente proporción). Lo idóneo sería tener un equipo integrado por personas del tercero de los grupos, sin embargo, no siempre es posible. Por ejemplo, si una persona quisiera lanzar una app en el sector deportivo por tener experiencia en el sector mencionado, pero carece de conocimientos tecnológicos para el desarrollo del producto y no dispone de dinero para contratar a una empresa de software o a un desarrollador, sería una buena idea incorporar a un miembro que hiciera esa tarea, siendo su trabajo lo que aportará a la empresa. Por el contrario, puede darse el caso de que haya socias y socios capitalistas que solo estén interesados en invertir su dinero sin involucrarse en el desarrollo del proyecto.
Como hemos indicado antes, lo normal es que las emprendedoras y emprendedores aporten capital y un conjunto de recursos asociados a sus conocimientos, experiencia o competencias personales que se traducen en contactos para el desarrollo del negocio, horas de trabajo técnico especializado, búsqueda de clientes y de inversores, y un largo etcétera de tareas que irán siendo asumidas por los integrantes del equipo. La valía de los recursos aportados y del dinero determinarán el porcentaje de capital en la nueva empresa, que puede ser igual o diferente entre las socias y socios. Además, dependiendo de su número y del tipo de aportación, trabajo y/o dinero, y de sus propios objetivos en la empresa, se podrán ir configurando los primeros roles.
En un principio, es normal que todas las personas con dedicación a la actividad hagan un poco de todo y sean mujeres y hombres orquesta que, además de estar especializadas en un área o trabajo particular, apoyen en todas las tareas (recuerde la tipología de personas tipo T). A medida que la actividad se vaya consolidando, será necesario empezar a establecer funciones más estables e identificables con las áreas clave de la empresa.
En concreto, hay tres funciones básicas que deberían estar presentes o ser asumidas por las fundadoras y fundadores en un primer momento, como son el rol de liderazgo o de cabeza visible del proyecto, llevando las relaciones públicas con inversores, instituciones o clientes y el control económico y financiero en la primera etapa; el rol encargado de la parte comercial y de marketing, con la responsabilidad de dar a conocer el producto o servicio entre los clientes y aumentar las ventas; y el rol de responsable de la tecnología, sobre todo en empresas tecnológicas, o si no fuera el caso, de responsable del desarrollo del producto o servicio en sus aspectos más operativos. Estas tres funciones se corresponden, respectivamente, con los conocidos cargos de Director ejecutivo o CEO (Chief Executive Officer), Director de marketing o CMO (Chief Marketing Officer) y Director de tecnología CTO (Chief Technology Officer).
Estos perfiles iniciales irán evolucionando a medida que la empresa vaya creciendo y ampliando su ámbito de operaciones y mercados. La tipología de roles, en cualquier caso, dependerá del producto o servicio, del grado de digitalización y tecnología, del sector y del tamaño de la empresa, dando lugar a otros perfiles diferenciados con mayor grado de especialización. Con el crecimiento, la empresa pasará de tener un equipo de fundadores, que se ocupa de todo, a incorporar profesionales para formar un equipo de dirección.
A continuación se muestran algunos de los puestos de responsabilidad más frecuentes, sin pretender exhaustivos en su enumeración, que pueden formar parte del C-level.
CEO (Chief Executive Officer)
Se conoce como el Consejero Delegado y es el cargo de mayor responsabilidad en la empresa, asumiendo la representación y el liderazgo dentro y fuera. Suele ser la fundadora o fundador de la empresa que ha tenido un fuerte peso en la idea de negocio que ha dado lugar a la empresa. Es la persona que determina la visión de la empresa y las estrategias para su logro. No obstante, como hemos indicado antes, cuando hay varios cofundadores bien cohesionados, el liderazgo y la visión podrán ser compartidos y debatidos entre todos.
COO (Chief Operating Officer)
A medida que el negocio se consolida, el cargo de CEO necesitará una persona en la que delegar o descansar el seguimiento del negocio, es decir, será necesaria una Dirección General para llevar las funciones ejecutivas. Su principal rol es la supervisión del funcionamiento operativo de la empresa garantizando que la estrategia se implanta correctamente.
CMO (Chief Marketing Officer)
Dirección de marketing. Es la persona encargada de la estrategia de marketing y ventas. Ello conlleva asumir el trato con los clientes y ser el canal de comunicación para la mejora de los productos y servicios. Es en gran parte responsable del desarrollo del negocio.
CTO (Chief Technology Officer)
Se conoce como la Dirección de tecnología o de innovación. Tiene como responsabilidades trabajar para innovar continuamente, desarrollar la estrategia tecnológica que se implementará en los productos y servicios y controlar su ejecución. En función del tipo de empresa o producto este cargo podría tener variaciones o otros puestos de dirección asociados. Por ejemplo, en empresas con un alto componente de investigación y desarrollo podría hablarse de la Dirección de I+D. También podría asociarse a la Dirección de Innovación (CINO, Chief Innovation Officer) con una orientación más focalizada a la prospección de nuevas tecnologías e ideas para generar innovación en la empresa. Para ello puede desarrollar programas de innovación abierta con otros agentes del ecosistema de innovación a la vez que programas internos para aumentar la creatividad y las nuevas ideas.
CFO (Chief Financial Officer)
Es la persona que asume la Dirección financiera. Su relevancia irá aumentando a medida que la empresa crece y aumentan los recursos financieros que deben ser gestionados por la empresa. Entre sus responsabilidades están realizar la planificación económica y financiera (previsión y seguimiento de ingresos, gastos, cobros y pagos) y el análisis y control de las inversiones, la financiación y el riesgo financiero.
CPO (Chief Product Officer)
Dirección de producto. Esta figura podría depender del CTO o CMO, pero en determinadas empresas puede formar parte directamente del equipo de dirección. Su responsabilidad es liderar el crecimiento del producto o servicio, desarrollando la estrategia y su implantación para ello.
CIO (Chief Information Officer)
Dirección de tecnología de sistemas. Su función principal es la toma de decisiones sobre las tecnologías de la información a nivel de procesos que se incorporan a la empresa y los sistemas informáticos necesarios para ello. Será una figura clave en todas aquellas empresas que están realizando una transformación digital.
CDO (Chief Data Officer)
Dirección de datos. Esta dirección puede ser independiente de la anterior cuando la gestión de los datos es una actividad estratégica para la empresa. El creciente uso de las tecnologías digitales en las empresas, el Internet de las cosas (IoT) o la Inteligencia Artificial (IA) están cambiando de una manera importante la operativa de las empresas. Esta persona estaría al cargo de la gestión de los datos en cuanto a su almacenamiento y procesamiento, facilitando el análisis y diseño de estrategias basadas en los datos que podrían ser clave para el crecimiento de la empresa.
CCO (Chief Communications Officer)
Dirección de comunicación. Es un puesto que asume la responsabilidad de la comunicación con medios y la reputación de la empresa pudiendo depender del CMO. Entre sus atribuciones está el diseño de la estrategia de Branding o marca de la empresa.