La domótica pretende satisfacer diversos objetivos referidos a mejoras arquitectónicas, al aumento del confort y de la seguridad de las personas usuarias de las viviendas, al ahorro energético motivado tanto por razones ambientales como económicas, a satisfacer las necesidades de ocio y comunicaciones, y a la mejora de la accesibilidad incluyendo los servicios de teleasistencia.
Desde el punto de vista de las mejoras arquitectónico, aunque pueda suponer un aumento del coste inicial de la vivienda con la domótica se gana en modularidad y flexibilidad de las instalaciones que resultan menos rígidas y se facilita la integración de servicios y la automatización de las instalaciones.
En general el objetivo más inmediato para el usuario es el incremento de la seguridad personal y patrimonial. La seguridad puede mejorarse con sistemas que protejan contra intrusismo, pero también contra accidentes y situaciones de peligro que puedan derivarse de fallos o incidencias producidas en alguno de los sistemas de la vivienda, como incendios o escapes de agua o de gas. Además, los sistemas de seguridad de la vivienda pueden estar conectados a empresas de seguridad con vigilancia permanente, o enviar alarmas a los usuarios a través de teléfono o de internet, incrementándose de esta forma el nivel de seguridad ofrecido.
En cuanto al confort, por un lado la domótica facilita el uso de los dispositivos mediante interfaces inteligentes que integran el control de todos los sistemas, como aplicaciones móviles para el control remoto de los dispositivos, altavoces inteligentes que permiten el control por voz a través de asistentes virtuales, o mediante interacción ubicua con la que el sistema puede conocer de forma automática las necesidades del usuario y actuar en consecuencia. Por otro lado, la domótica permite mantener de forma automatizada un ambiente confortable en la vivienda, controlando automáticamente los sistemas de climatización, iluminación, persianas y toldos para que la temperatura, la humedad, la luminosidad y la calidad del aire sean las idóneas en cada momento, creando de esta forma edificios y viviendas más saludables. Por último las automatizaciones descargan al usuario de determinadas tareas, como el riego, el encendido y apagado de luces o el control de persianas y toldos, contribuyendo así a su bienestar. En cualquier caso es conveniente, si no necesario, mantener siempre el control manual de los elementos e instalaciones de la vivienda.
El ahorro energético es otro de los objetivos principales de la domótica, y como ya hemos mencionado la gestión energética automatizada de la vivienda se justifica por razones ambientales y económicas: por un lado el ahorro energético supone una menor aportación de gases y partículas contaminantes a la atmósfera y en general mayor cuidado medioambiental, y por otro lado supone la reducción de los costes de energía, operación y mantenimiento, y el incremento de la vida útil del edificio.
La importancia de una gestión eficiente de la energía podemos cuantificarla si analizamos el gasto relativo que se realiza en las viviendas. El sector residencial en España representó el 17% del consumo total en 2019, y ese porcentaje se mantuvo relativamente estable entre 2009 y 2019 [2]. Se encuentra por lo tanto entre los primeros consumidores de energía.
En 2018, el 42% de la energía consumida por los edificios residenciales se utilizó para calefacción de espacios, seguida de los electrodomésticos y el calentamiento de agua, que fueron responsables de alrededor del 26% y 17% del consumo total de energía residencial, respectivamente (Figura 2).
El consumo de energía para espacios residenciales y calentamiento de agua ha ido disminuyendo durante la última década, mientras que los electrodomésticos aumentaron su consumo en casi un 60% entre 2008 y 2018. Tanto en términos per cápita como por vivienda, la intensidad energética del sector residencial en España es menor que el promedio de la IEA [2].

La existencia de una infraestructura de comunicaciones adecuada en los hogares, estructurada en torno a una red local conectada a internet, es la base para el desarrollo del resto de las áreas de un Hogar Digital. Entre los servicios que pueden disfrutarse en un Hogar Digital en el ámbito de las comunicaciones se podrían citar, entre otros, el acceso compartido a Internet desde los distintos equipos conectados a la red doméstica, el teletrabajo, la teleducación, la tele compra o la videoconferencia [3]. En cuanto al entretenimiento y ocio, podemos mencionar los videojuegos y la difusión, almacenamiento, y reproducción de contenido multimedia: audio y vídeo, Smart TV, Home Cinema, distribución de música a las distintas habitaciones, vídeo bajo demanda.
Entre los objetivos de la domótica también es necesario tener en cuenta los que cubran las necesidades de todos los posibles usuarios, incluyendo las personas con diferentes capacidades o discapacidades, es decir, aquellos que favorezcan un diseño accesible para la diversidad humana: acceso para todos. En este sentido la domótica debe ser considerada como una herramienta de primera necesidad y no como un lujo inalcanzable, porque le permite a las personas, independientemente de su condición de enfermedad, discapacidad o envejecimiento, el control integral de los diferentes elementos de la vivienda que precisan para su vida diaria [5].
Finalmente podemos establecer también algunos objetivos generales o características deseables para cualquier sistema tecnológico, y en particular para un sistema domótico, tales como que sea fácil de utilizar, fácil de instalar incluso en edificios existentes, que integre todos los subsistemas, con posibilidad de ampliaciones, modificaciones y nuevos servicios, y que sea fiable y fácil de mantener.