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2. Herramientas financieras

 

Una vez explicadas esas fases por las que suelen pasar todas las empresas a continuación se detalla cuál suele ser el primer paso para financiar una idea o proyecto. Al principio las necesidades financieras suelen ser muy pequeñas lo que podría dar lugar a creer que será más fácil conseguir 10.000€ que conseguir 1.000.000€ en una fase más madura, pero nada más lejos de la realidad. Cuanto más incipiente sea la fase de un proyecto mayor será el riesgo y las incertidumbres lo que suele hacer huir al capital. De este modo, esos 10.000€, si los traducimos a riesgo, significan un nivel de riesgo muy alto para el futuro inversor y es que en esas fases solamente hay una o dos personas que han tenido una idea y te presentan un PDF, pero no suele haber nada más, lo que se traduce en mucho riesgo.

Es por esto que el nivel de complejidad sobre todo a nivel de procesos suele ser más complicado conforme la empresa crece, aunque el acceso a capital suele facilitarse a medida que se van subiendo esos escalones definidos anteriormente. Una compañía que está buscando una inversión de 5.000.000€ tendrá un proceso de negociación, auditoría, elaboración de contratos, etc.… que se demorará más de 6 meses, aunque el acceso inicial al capital será mucho más fácil que aquella idea que necesita 5.000€ y cuyo proceso de inversión se suele hacer en una semana.

Al principio los proyectos empresariales no generan ingresos y entran en lo que comúnmente se denomina ‘valle de la muerte’ es decir, una fase en la que solamente hay gasto y los ingresos no existen o no son suficientes para cubrir este gasto. En estas fases es muy complicado acceder a cualquier tipo de financiación tradicional o profesionalizada ya que el proyecto no es atractivo y las posibilidades de fracaso son muy altas.

Por este motivo, se ha de intentar conseguir financiación de agentes como las tres FFF (family, fools & friends), business angels, crowdfunding… A continuación, se explican cuáles son estas principales opciones de financiación.

Antes de comenzar a citar y explicar las diferentes herramientas financieras que los emprendedores tienen a su disposición tenemos que explicar algo que puede determinar el curso de muchas empresas y es la valoración. La mayoría de estas herramientas no suelen ser préstamos al uso, es decir, no se presta un capital que se va devolviendo poco a poco con unos intereses asociados, sino que son aportaciones económicas que se hacen a cambio de poseer un “trozo” de la empresa en forma de acciones (equity). Esto implica que las personas que aportan ese capital pasan a formar parte de la empresa como socios/as y el equipo promotor o fundador sufrirá una dilución, es decir, una reducción de las acciones poseídas para la generación de nuevas participaciones para este nuevo capital.

La importancia de establecer una valoración acertada – ni muy alta ni muy baja – es clave ya que puede determinar el futuro de la empresa y condicionar futuras necesidades de capital. Normalmente hay cinco criterios en los que se basan las empresas para encontrar esta valoración, aunque la mayoría de estos criterios son algo intangibles y no se basan en ciencias exactas. Estos criterios son los siguientes:

Así que, una vez explicados estos criterios para valorar la empresa toca conocer cuáles son estas herramientas de financiación que harán despegar la empresa en el caso de que se necesite financiación. 

Family, Fools & Friends

Es la considerada como primera fuente de financiación que tienen los proyectos. Estos ‘family, fools and friends’ no suelen considerarse propiamente inversores ya que no suele ser una inversión profesionalizada basada en criterios de análisis de mercado, modelo de negocio y tesis de inversión, sino que suelen invertir por vínculos familiares o personales con el equipo promotor. 

Por tanto, son personas que conocen a ese equipo que va a liderar el desarrollo de esa idea y que confía en sus habilidades, capacidades y perseverancia. A menudo estos perfiles tampoco conocen mucho los riesgos de este tipo de inversiones y de ahí que no se consideren inversores como tal y sus aportaciones suelen ser como préstamo que se les suele devolver cuando la empresa alcanza el siguiente hito de acceso a financiación. Por este motivo, es una inversión no dilutiva, pues no entran a formar parte del accionariado de la empresa en la mayoría de los casos, aunque también se puede articular como préstamo participativo y convertirlo en acciones de la empresa en una fase posterior. 

Una de las cosas buenas que suelen tener estas inversiones es que son rápidas porque, al no ser inversores profesionales e invertir principalmente en personas, los desembolsos suelen ser rápidos y esto es importante porque en fases iniciales las empresas suelen tener urgencia por el acceso a capital. A menudo esta premura puede significar la diferencia entre la viabilidad o no del proyecto. Del mismo modo, existe el riesgo de romper relaciones con esas personas si el proyecto no sale como esperaban y es una posibilidad muy real ya que, como hemos dicho, el riesgo en estas fases es altísimo.

Crowdfunding

El crowfunding es una forma de financiación relativamente nueva, aunque su penetración y crecimiento ha sido muy alto en los últimos años. A día de hoy es la forma más popular de atraer inversores en un proyecto empresarial ya que dan acceso a un abanico muy amplio de personas que tienen interés en la inversión no profesionalizada pero que a menudo no tienen los medios o contactos para acceder a proyectos interesantes de inversión. Esta es la principal tarea de estas plataformas de crowdfunding, la de hacer de filtro de proyectos y poner en contacto inversores particulares con proyectos en búsqueda de inversión fuera del circuito “tradicional” y ellos se encargan de todo cobrando una comisión de gestión. 

Los principales atractivos de esta opción de financiación es que tienen mucho alcance por lo que además de conseguir inversión se conseguirá que el proyecto sea más conocido y sin tener que hacer campañas de marketing. Del mismo modo, todos estos pequeños inversores serán a su vez microinfluencers del  proyecto pues el éxito del mismo es su éxito así que suele ayudar mucho a conseguir datos de adquisición. 

Otro de los atractivos que tiene el crowdfunding es la capacidad de centralizar y dirigir los esfuerzos de recaudación de fondos y que ellos se encargan de crear un perfil único y comprensible y se elimina el acceso individual a cada posible inversor. Para entender mejor esta facilidad imaginemos que buscamos una inversión de 100.000€ y aportan 1.000€ cien personas diferentes; en el modelo tradicional tendríamos que interactuar, firmar en notario, enviar contratos y todo lo necesario a 100 personas con lo que conlleva de ralentización, costes y complejidad. En el modelo de crowdfunding la plataforma es la encargada de todo esto y la empresa recibe el capital conseguido firmando solo con un interlocutor que es la propia plataforma de crowdfunding elegida.

Business Angels

Los business angels son la primera fase de una inversión profesionalizada dentro del ciclo de vida de un proyecto. A menudo estos business angels son perfiles ejecutivos que tienen una situación financiera desahogada y quieren invertir su propio dinero en el apoyo a proyectos empresariales en fases iniciales. Son inversiones dilutivas, es decir, que por esta inversión toman porcentaje de la empresa convirtiéndose socios y no en prestamistas. 

Los importes que usualmente invierten los business angels rondan entre los 10.000€ y los 25.000€ en España. Su tesis de inversión es ser los primeros en invertir en un proyecto y ser de los primeros en salir del mismo mediante la venta de sus acciones cuando la empresa vuelve a recibir inversión. El principal motivo por el que los business angels invierten en proyectos de terceros es el de obtener un rendimiento financiero en una etapa en la que su consejo y contactos también pueden ser muy importantes para el desarrollo futuro de la empresa; si bien es cierto que el riesgo es muy alto porque entran en etapas muy incipientes la rentabilidad en caso de éxito también es muy alta. 

Para poder acceder a este tipo de financiación es tan sencillo como acudir a las principales asociaciones de business angels que hay por España y que realizan con periodicidad presentación de proyectos a los miembros de sus redes y que sirve para que las personas o equipos emprendedores cuenten su proyecto en un tiempo limitado a potenciales inversores. 

Las principales características de los business angels son las siguientes:

  • Confidencialidad: A menudo existe el miedo por parte de la persona o equipo emprendedor de contar sus ideas por miedo a ser copiados y perder el proyecto. Los business angels, como se ha indicado, y a diferencia de los perfiles de las tres FFF, son personas profesionales que si bien es cierto que pueden no tener mucha experiencia en la inversión sí que suelen ser perfiles muy profesionales que aportan esa confianza ya que entran en etapas cuyo principal atractivo es la idea pero, sobre todo, el equipo promotor. 
  • Integridad: Se trata de personas que tienen una integridad muy alta y que desean aportar su conocimiento, red de contactos y capital para el éxito del equipo promotor que será el que estará al frente del proyecto. 
  • Paciencia: Es imposible ser business angel sin paciencia ya que, al entrar en etapas tan iniciales del negocio, normalmente cuando no existen ni ingresos, saben que la futura rentabilidad de su inversión será lejana y remota, por lo que la paciencia es una de las skills claves de este tipo de inversor.

Préstamo Participativo

Los préstamos participativos son un tipo de inversión ofrecida por muchas entidades bancarias o destinadas a este tipo de inversiones que supone una herramienta muy buena para que las empresas o proyectos obtengan financiación sin sacrificar porcentaje de su empresa, es decir, son préstamos no dilutivos y que no implican entrada en el accionariado. 

A diferencia de las opciones presentadas anteriormente estos instrumentos de financiación suelen usarse por empresas o proyectos que ya tienen cierta tracción, es decir, tienen sus primeras ventas y han obtenido esa tracción y validación por parte de los usuarios. Al tratarse de un préstamo las entidades suelen asumir menos riesgos que la inversión particular y por ello entran en una fase post validación. La ventaja principal de este tipo de préstamo con respecto a un préstamo ordinario es que, en este caso, se paga una cantidad fija y un interés variable asociado a la evolución y ventas de la empresa por lo que cuanto mejor vaya el proyecto  mayor será la ganancia de la entidad prestataria en tanto que, si el proyecto no crece de la manera esperada y no hay beneficios, el interés variable será cero y la parte fija suele ser muy baja. 

En España este tipo de financiación es ofrecido por entidades públicas como el ICO (Instituto de Crédito Oficial) y ENISA (Empresa Nacional de Innovación).

Capital Riesgo

Los fondos de capital riesgo son vehículos de inversión colectiva que invierten en empresas con alto potencial de crecimiento. Entran en etapas tempranas, pero con una validación de modelo de negocio, así como ventas y previsiones para los próximos años. Son inversiones dilutivas y usualmente exigen la entrada en el Consejo de Administración de la empresa para poder tener voto en las decisiones de la empresa y velar por sus intereses. 

Suelen invertir entre 500.000€ y 1.500.000€ en etapas más tempranas y de 3.000.000€ hasta 5.000.000€ en fases más maduras de la empresa. El principal atractivo de estos vehículos de inversión, además de las grandes cantidades de dinero que pueden aportar en el proyecto, es que conllevan contactos, credibilidad y mucha experiencia técnica, así como de gestión, lo que se traduce en un potencial de éxito mayor.

Venture Capital

El venture capital es otra herramienta de inversión para empresas o proyectos en fase inicial. La principal diferencia con respecto al capital riesgo es que entran en una etapa un poco anterior al capital riesgo y están muy enfocados a proyectos de componente tecnológica ya que son aquellos que, a priori, ofrecen unos crecimientos y revalorizaciones muy altos en un periodo corto de tiempo. 

Tienen altas perspectivas de ingresos, aunque asumiendo unos riesgos altos también. Son inversiones dilutivas e invierten apoyándose en la tesis y asumiendo que el 80% de los proyectos fracasarán y el 20% de los que tengan éxito harán que recuperen lo invertido en el 100% de los proyectos y ganen dinero. Aunque inviertan en etapas tempranas suele ser obligatorio el tener un producto validado con demanda e ingresos. 

Así que, las principales características del venture capital es que financian a empresas con un riesgo elevado que no suelen poder acceder a financiación bancaria tradicional, están muy orientados a compañías tecnológicas y suelen tener una participación activa en los negocios.

Private Equity

Podríamos decir que el private equity es el hermano mayor del venture capital. Estos vehículos invierten en compañías que tienen un nivel de madurez contrastado con ingresos recurrentes y un producto bien definido. A diferencia del venture capital suelen buscar empresas maduras que operan en industrias tradicionales con un bajo riesgo. 

Las empresas que acuden al private equity principalmente están buscando eliminar ineficiencias que hagan más rentables aún sus negocios o para expandirse principalmente en otros países bajo su modelo contrastado. Al igual que el venture capital son financiaciones dilutivas con entrada en capital de la compañía.

Financiación Bancaria

Esta forma de inversión suele ser la más conocida ya que tiene bastante presencia a nivel personal en la mayoría de las personas. Este tipo de inversiones son no dilutivas ya que el banco busca prestar un dinero a cambio de unos intereses que son su beneficio. 

Con respecto a las compañías tecnológicas no suelen ser del interés de los bancos ya que suponen un elevadísimo riesgo en negocios que no son tradicionales y, por tanto, la incertidumbre es mayor aún. Esto es así ya que los bancos no están directamente interesados en las ganancias o las oportunidades de crecimiento de las empresas sino en el reembolso, de ahí que proporcionan fondos solo si el riesgo esperado es bajo. 

Desde hace unos años algunos bancos han desarrollado verticales específicas para la inversión en estas empresas con un perfil de riesgo más alto, pero también con potencial de crecimiento mayor que la empresa tradicional aunque, en la mayoría de los casos, estos programas van asociados a la exigencia de aportación de ciertas garantías personales, avales o garantías hipotecarias.

Financiación pública para empresas

Aunque en España las opciones públicas de financiación a empresas son amplias, se explican en esta sección aquellas que tienen líneas de inversión más enfocadas al apoyo de proyectos en etapas iniciales y que no suponen procesos demasiado complejos.

Siguiendo esta dirección, cabría destacar tres líneas que se ofrecen desde el Estado y son:

Instituto de Crédito Oficial (ICO)

Los préstamos que se ofrecen desde este organismo están orientados a autónomos, pymes y empresas que necesiten financiación, pero no están centrados en etapas concretas y se basan en el análisis de cada proyecto. Estos préstamos están concebidos para ser devueltos en un plazo máximo de 20 años, aunque la media de devolución suele rondar los 10 años. 

Al ser préstamos no implican dilución y no forman parte de la empresa, sino que simplemente tienen como objetivo de rentabilidad el cobro de intereses durante el periodo de devolución. 

Empresa nacional de innovación (ENISA)

Esta empresa es un organismo público nacido para el apoyo a empresas innovadoras o startups. Es un organismo dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo y desde su nacimiento son uno de los principales pilares al que recurren las startups para la obtención de financiación en sus etapas más tempranas. Para la canalización de proyectos han definido tres líneas de financiación que tienen muy diferenciadas. Estas líneas son:

  • Jóvenes emprendedores: Es una financiación basada en un préstamo participativo y el principal requisito es que las empresas que quieran optar a él tienen que haber sido constituidas en un plazo máximo de 24 meses antes de la presentación de la solicitud de financiación. El límite de edad es de 40 años para el equipo promotor y deben aportar mediante fondos propios al menos el 50% de la cantidad solicitada del préstamo. La cantidad máxima que se puede solicitar en esta línea es de 75.000€ y el mínimo, 25.000€.
  • Emprendedores: Es una línea muy parecida a la anterior con la diferencia de que no existe una limitación de edad para el equipo, la antigüedad máxima de la empresa debe de ser igualmente no superior a 24 meses y los fondos propios de la empresa deben de ser equivalentes a la cantidad total que se solicita. Esto hace que el objetivo de esta línea sea la de empresas que tienen una mayor tracción y unos ingresos recurrentes. 
  • Crecimiento: Tal y como se indica en el nombre el objetivo de esta línea es el de conseguir crecimiento o internacionalizar las empresas, lo que significa proyectos con un nivel de madurez amplia.

Centro para el desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI)

Esta empresa pública nace, al igual que ENISA, con la vocación de apoyar por parte del Estado los proyectos que busque la aportación de valor y la creación de empleo. Estas líneas son algo más técnicas en cuanto a la tipología de proyectos que financian en comparación a ENISA. La característica principal de estos préstamos es la de apoyar proyectos de I+D lo que hace que empresas tradicionales o sin desarrollos tecnológicos no puedan acceder a estos préstamos.

Financiación Europea

Por último, al igual que el Estado ofrece financiación pública para las empresas, desde la Unión Europea se ofrecen programas homólogos a los explicados. Las herramientas de acceso son parecidas a las ayudas públicas ofrecidas en España. 

Las diferencias principales entre las financiaciones públicas o las privadas suelen ser los tiempos y es que las financiaciones públicas, al ser obviamente capital público el aportado, implican unos plazos de desembolso menos ágiles por los procedimientos de control que hay que pasar lo que hace que no sean opciones recomendables si la premura en el acceso al capital es alta. 

Sea cual sea la opción elegida cabe recordar que, de media, una empresa suele tardar en cerrar la financiación elegida unos seis meses ya que son procesos que requieren de una elaboración de documentación, contratos, material y otros aspectos, lo que hace extremadamente necesaria la planificación y anticipación ya que de no hacerlo podría llegar demasiado tarde para el proyecto y obligar a cerrar.

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