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3. Ecología del virus West Nile en Andalucía

El estudio del comportamiento alimentario de las especies de mosquitos más abundantes en Andalucía nos permitió identificar las especies de mosquito que más podrían contribuir a la transmisión del virus West Nile (Muñoz et al. 2012). Por un lado, tenemos tres especies que tienen una dieta principalmente ornitofílica (Cx. perexiguus, Cx. modestus y Cx. pipiens) y otras tres que tienen una dieta principalmente mamofílica (Anopheles atroparvus, Cx. theileri y Oc. caspius) (Figura 2). En este estudio las alimentaciones sobre humano fueron escasas y solo se detectaron en An. atroparvus, Cx. pipiens, Cx. theileri y Oc. caspius.

Figura 3. Riesgo relativo de transmisión del virus West Nile (Estimated WNV risk) por distintas especies de mosquitos en varias localidades estudiadas en las provincias de Sevilla y Huelva

imag_3Fuente: (Muñoz et al. 2012)

Cada círculo indica el riesgo estimado a partir de la abundancia del mosquito en la zona, su competencia vectorial para el virus West Nile y la fracción de alimentaciones sobre aves multiplicado por la fracción de alimentaciones sobre el vertebrado para el que se quiere calcular el riesgo. Los círculos naranjas indican las especies y localidades para las que se detectó el virus West Nile en el estudio de Muñoz et al. (2012).

Conocer las preferencias alimentarias de los mosquitos, junto con su abundancia y la competencia vectorial para cada una de las especies de mosquitos nos permitió estimar el riesgo de transmisión del virus a aves, caballos y humanos por cada una de las especies de mosquitos en cada una de las localidades estudiadas (Figura 3). Esto nos permitió determinar que si bien el riesgo de que el virus circule entre las aves era muy elevado y principalmente debido a Cx. perexiguus, Cx. modestus y Cx. pipiens, el riesgo de transmisión a caballos era ordenes de magnitud inferior y prácticamente negligible al ser humano. El análisis de lotes de mosquitos de cada especie para detectar la presencia del virus West Nile nos permitió confirmar que el virus se detectaba en aquellas localidades y especies para las que habíamos estimado un mayor riesgo de transmisión a aves (Muñoz et al. 2012) y que todas las detecciones del virus se concentraron en Cx. perexiguus, Cx. pipiens y Cx. modestus, mientras que no se detectó ningún lote de mosquitos de las otras tres especies infectadas por el virus West Nile (Engler et al. 2013, Vázquez et al. 2011). Mediante el uso de modelos epidemiológicos pudimos confirmar que Cx. perexiguus era el principal vector del virus West Nile en Andalucía (Ferraguti et al. 2021, Figura 4). Estos resultados nos permitieron diseñar una vigilancia del virus West Nile mucho más efectiva al poder concentrar nuestros esfuerzos en tan solo tres especies y descartar otras especies que son mucho más abundantes pero que no contribuyen significativamente a la amplificación y transmisión del virus.

Figura 4. Número reproductivo básico relativo estimado a partir de modelos epidemiológicos en función de las especies de mosquitos presentes en cada localidad.

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Fuente: (Ferraguti et al. 2021)

Este es un factor importante porque las especies que más contribuyen a la transmisión del virus no son ni las más abundantes ni las más comunes en el territorio y por lo tanto esto simplifica su vigilancia y en el caso de que fuera necesario su control. En un estudio realizado en 2010 en el Espacio Natural Doñana y su entorno determinamos la distribución de las distintas especies de mosquito en la zona. Las tres especies importantes para la transmisión del virus West Nile presentaron distribuciones muy parcheadas, mientras que las especies más abundantes no eran importantes para la transmisión del virus (Figura 5). Conocer qué factores ambientales se asocian a la presencia y abundancia de las tres principales especies vectoras del virus West Nile es un importante paso para reducir el riesgo de transmisión del virus West Nile a humanos. 

Figura 5. Abundancia de las principales especies de mosquitos en Doñana estimadas a partir de las capturas en 112 trampas durante 2010

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Fuente:(Roiz et al. 2015)

Las principales especies transmisoras del virus West Nile (Cx. pipiens, Cx. perexiguus y Cx. modestus) presentan áreas de distribución mucho más pequeñas y abundancias concentradas en unas pocas localidades en comparación con otras especies mucho más abundantes, pero sin importancia en la transmisión del virus West Nile.

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